Fernando González de Castejón, conde de Atarés y marqués de Perijaa, no se ensañó con su mujer, ni con la amiga de esta cuando las mató en su casa de la calle Serrano de Madrid el pasado lunes. Los investigadores creen que el conde de Serrano pudo tenderle una trampa a su esposa.
La autopsia de las víctimas del conde de Serrano, Fernando González de Castejón murieron de un solo disparo. Según la autopsia, a la que ha tenido acceso el diario El Mundo, Fernando González de Castejón primero disparó a su mujer en la cocina en medio de una discusión.
La amiga de la mujer, de 77 años, al escuchar el tiro se dirigió al salón de la vivienda a ver qué pasaba. Se fue directa al conde que le disparó también en la cabeza. Después, el hombre, de 53 años, se suicidó con un tiro en la boca.
La Policía encontró el arma de los crímenes a los pies de Fernando González de Castejón. Su cadáver finalmente será inhumado porque un juez no ha permitido su incineración pero a su entierró no irá casi nadie. El conde de Serrano apenas tenía trato con su madre y su hermana a las que agredió en 2018.
Ellas si lo denunciaron. Gema, su mujer de 44 años, no lo hizo cuando en 2019 la agredió en plena calle e intervino de oficio la policía.
La policía investiga si el conde de Serrano le tendió una trampa a su mujer, de viaje con la hija de 10 años del matrimonio, para que volviera a casa antes de lo previsto.
Gema iba a ver a una amiga en Francia a la que llamó para decirles "Ay que no puedo verte al final, me voy a coger un vuelo, estoy fatal”. La hija se quedó en Francia con una amiga. Por eso se baraja la posibilidad de la trampa.