A Alberto Molinos y Luis Bullidos no hay nada que les detenga. Ellos son invidentes, pero sus ganas de explorar el mundo va muchos más allá de sus sentidos. Ambos se han sumergido en las entrañas de la tierra, descendiendo cien metros por debajo del suelo. Una oscuridad permanente, que, sin embargo, les ha descubierto un nuevo mundo: "Yo no podía llegar a creer lo que aquello era. Tan impresionante"
Se trata de una actividad pionera, que han podido realizar gracias al Grupo Espeleosocorro Andaluz perteneciente a la Federación Andaluza de Espeleología. Cuarenta de sus expertos han acompañado Alberto y Luis en esta aventura.
Juntos, han conseguido explorar las entrañas de la Sierra del Peralejo, en Jerez de la Frontera, Cádiz, descubriendo nuevas sensaciones con las palmas de sus manos: "Yo iba con la mano en la pared como leyendo la ruta. Era como si en ese momento viera y fuera uno más".
Es lo que se conoce como espeleología inclusiva. Una prueba de que la superación es un instinto que no toca fondo. "Si no lo intentas, nunca sabrás a dónde puedes llegar".