Daniel López Acuña, exdirector de Acción Sanitaria en Situaciones de Crisis de la OMS, ha explicado que “hemos cometido un gran error en España: no entender que la nueva normalidad era coexistir con el coronavirus y que persistía el riesgo de seguir contagiándonos”.
“El comportamiento social se había fatigado por el confinamiento y empezó la relajación. Hemos tenido un verano loco y hemos pagado la factura de las conductas desmedidas. Ha habido falta de ajustes con las medidas de protección”, ha dicho con contundencia en el programa La Lupa del Canal 10 de Asturias.
En Asturias, ha afirmado, “hemos mantenido el tipo bien, pero llegó el flujo del verano. Es difícil sellar una comunidad. En Asturias debemos anticiparnos a los brotes. Fuimos capaces desde la fase más temprana de realizar las suficientes pruebas PCR, los hospitales no estuvieron saturados y pudimos controlar muy bien la situación. Nuestra tasa en positivos ha sido la más baja. Hay que seguir en esa línea, no bajar la guardia”.
Sobre el confinamiento ha dicho que en su momento fue eficaz porque “logramos reducir la curva”.
El experto ha explicado porque España está a la cabeza de los rankings de covid. “En la primera fase se unieron tres situaciones; por un lado, se importaron muchos casos; además, somos un país muy longevo, y, en tercer lugar, hay que hablar de una mezcla de conductas sociales y la forma que tenemos de relacionarnos. Además, se infravaloró la transmisión. Hay muchos factores que hicieron que nos pusiéramos a la cabeza. En estos momentos, aunque también se han unido Francia, Italia y Alemania, hay que tener en cuenta que en España tenemos un comportamiento cultural del verano, de los chiringuitos, y no fuimos capaces de estar preparados para atajar la transmisión del virus”.
López Acuña cree que “hemos de mejorar el sistema de información para tenerlo en tiempo real. Podemos ir a un ritmo más avanzado y con menos fallos. El tema de la mortalidad excesiva ha sido muy cuestionado”.
“España tiene una gran sanidad. Hay que invertir en reforzar la Atención Primaria. Las dos terceras partes de las muertes se han dado en personas mayores y en residencias. Eso nos obliga a pensar en la vulnerabilidad en los espacios cerrados”, señala el experto.
Sobre la gran pregunta, ¿la vacuna para cuándo?, el exdirector de Acción Sanitaria en Situaciones de Crisis de la OMS, dice que hay que “ser pacientes y cautelosos ante una vacuna eficaz y segura. Antes de fin de año no vamos a estar en condiciones de tener una vacuna eficaz. En principio, en 2021 puede haber bases sólidas. Es un halo de esperanza y dispondremos de algunas dosis, pero no habrá capacidad de producción para todos. Hay que priorizar y vacunar a quien tiene más riesgo de morir, a las personas más vulnerables, los que están en primera línea”.
Mientras llega la vacuna para todos, las mascarillas son esenciales, no son decorativas, y nos protegen absolutamente, ha señalado.