El director de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), Robert Redfield, ha asegurado que la mascarilla es "la herramienta de salud pública más importante y poderosa" para luchar contra el coronavirus, y que su protección puede ser incluso mejor que la de una vacuna.
"Son nuestra mejor defensa" ha explicado el director de los CDC, que ha vuelto a defender el uso de esta protección demostrada bajo evidencia científica. Además, ha comparado sus efectos con los de una posible vacuna, que según afirma y recoge El Debate, solo pueden tener una respuesta inmune el 70% del tiempo que protege a una persona.
Si la vacuna no aporta inmunidad, la mascarilla siempre lo hace, ya que protege siempre que se use de la manera correcta. Después de este alegato, ha vuelto a insistir a toda la población, en especial a los jóvenes de entre 18 y 25 años, a ponerse la mascarilla en cualquier circunstancia.
Los plazos para distribuir la vacuna contra la COVID-19 se han convertido en la última polémica dentro del Gobierno de Estados Unidos: el presidente, Donald Trump, prometió este miércoles que distribuirá 100 millones de dosis antes de final de año, mientras que uno de sus mayores expertos afirmó que eso no será posible hasta 2021.
"Seremos capaces de distribuir 100 millones de dosis de vacunas para el final de 2020, y luego un número muy grande después", aseguró el mandatario en una rueda de prensa en la Casa Blanca.
Sus declaraciones contradicen a Robert Redfield, quien en una audiencia en el Senado de EE.UU., explicó que la vacuna estará disponible entre noviembre y diciembre, pero será distribuida de manera limitada a los grupos con más riesgo de morir por el virus.
Además, Redfield indicó que el público estadounidense podrá acceder a la vacuna "probablemente mirando el tercer, finales del segundo trimestre, tercer trimestre de 2021".
Preguntado al respecto, Trump consideró que Redfield se equivocó, afirmó que se sintió "sorprendido" con sus declaraciones y explicó que lo llamó por teléfono para explicarle que había cometido un "error".
"Creo que cometió un error cuando él (Redfield) dijo eso, simplemente es información incorrecta. Le llamé y no me dijo eso y creo que quizás se confundió con el mensaje, quizás lo dijo de manera incorrecta. No, estamos listos para ir adelante de manera inmediata", subrayó el mandatario.
Trump afirmó el martes que la vacuna podría estar lista "en cuatro semanas" y hoy, en diferentes momentos de la rueda de prensa, afirmó que será anunciada "en octubre", "quizás a mediados de octubre", "un poco después de octubre" y, luego, dijo que "en noviembre, aunque no más tarde que eso".
Para ser distribuida al público estadounidense, cualquier vacuna debe recibir el aval de la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. (FDA, en inglés), la agencia gubernamental que se encarga de aprobar el uso de nuevos fármacos, vacunas y otros productos relacionados con la salud pública.
Las farmacéuticas Pfizer, Moderna y AstraZeneca llevan a cabo en EE.UU. estudios de la vacuna que ya están en la fase 3, pero aún no han entregado su producto a la FDA para que los examine.