Los médicos del Hospital de la Universidad de Duke, ubicada en Durham (Carolina del Norte, EEUU), han dado a conocer el exitoso trasplante de corazón realizado el pasado verano a Easton Sinnamon, un bebé de tan sólo seis meses. La técnica utilizada podría modificar la manera en la que se hacen los trasplantes de órganos, algo que en España se celebraría puesto que duplica la tasa de donación de la Unión Europea.
Los doctores han comprobado que los implantes de timo están funcionando como esperaban, produciendo células inmunes que no tratan el nuevo corazón del pequeño Easton como tejido extraño. O, lo que es lo mismo, impiden el rechazo.
Joseph Turek, jefe de cirugía cardíaca pediátrica de Duke, ha asegurado que van a quitarle de manera gradual a Easton los medicamentos inmunosupresores requeridos después de un trasplante. Aunque la investigación se encuentra todavía en fases iniciales, y hay que ser cautos, es posible que este nuevo método científico lleve a lo que se denomina tolerancia inmune a un trasplante.
Easton era un candidato para el trasplante experimental porque tenía dos problemas de salud distintos: nació con algunos defectos cardíacos que la cirugía no puede resolver en recién nacidos y sufrió varias infecciones. Los médicos descubrieron que éstas eran causadas porque su timo no funcionaba como debía.
El timo es una pequeña glándula endocrina localizada entre el corazón y el esternón. Se trata de un órgano linfoide que está totalmente desarrollado en los primeros meses de gestación del feto y que aumenta de tamaño hasta la adolescencia. Algunos bebés nacen sin timo, lo que estimula el desarrollo de parte del sistema inmunitario conocido como células T.
Easton afrontó dos procedimientos. Los primeros cirujanos implantaron su nuevo corazón mientras el timo donado se enviaba a un laboratorio. Unas dos semanas después, se le sometió a una segunda intervención para implantar el tejido del timo procesado. Se eliminó su propio timo parcialmente funcional, para despejar el camino para que nuevas células inmunes se arraigaran.
Unos seis meses después, las pruebas muestran que el tejido del timo está construyendo nuevas células T y funcionan bien, ha afirmado Turek.
Actualmente, los corazones trasplantados tienen una vida útil promedio de aproximadamente 10 a 15 años. Con la durabilidad limitada por la toxicidad de los medicamentos inmunosupresores, durante mucho tiempo se buscaron otras opciones. Esto puede ser un punto de inflexión en la cirugía cardíaca.