Una de las enfermedades respiratorias más conocidas es la bronquitis, una dolencia menos frecuente que catarros y resfriados pero que resulta, en general, más grave que la mayoría de enfermedades que afectan a la vías respiratorias. Se trata de una inflamación del revestimiento de los bronquios que llevan el aire hacia adentro y fuera de los pulmones, y que puede provocar mucosidad espesa, tos... e incluso convertirse en crónica. ¿Qué tipos de bronquitis existen? ¿Cuándo hablamos de bronquitis crónica? ¿Cuántos tipos de bronquitis hay y cómo identificar sus síntomas?
La bronquitis es una enfermedad que puede durar pocos días y remitir de forma rápida si actuamos eficazmente, pero en determinados casos (sobre todo cuando se trata de personas fumadoras) puede llegar a volverse crónica, convirtiéndose así en una enfermedad grave.
Normalmente la bronquitis tiene su origen en una infección en las vías respiratorias. En estos casos, hablamos de bronquitis aguda, que sería la versión más frecuente de esta enfermedad. Sin embargo, existe otro tipo de bronquitis más grave, la bronquitis crónica, que sería aquella que provoca una inflamación o irritación continua del revestimiento de los bronquios. Esta última versión de la bronquitis se relaciona con fumar y tiene carácter permanente, mientras que la bronquitis aguda suele desaparecer alrededor de 10 días después de presentarse los primeros síntomas, si bien la tos puede perdurar un tiempo más, tal y como recuerda Mayo Clinic.
En cuanto a los síntomas de la bronquitis aguda y de la bronquitis crónica, son los siguientes:
En cualquier caso, debes consultar a un médico cuando los síntomas duren más de tres semanas, cuando no puedas descansar, cuando la fiebre supere los 38 °C, cuando te cueste respirar o cuando aparezca sangre.
Por último, conviene saber que normalmente la bronquitis aguda es causada por virus (casi siempre los mismos que causan resfriados y gripes), por lo que los antibióticos no son eficaces en estos casos. En el caso de la bronquitis crónica, tanto el tabaco como la exposición a aire contaminado, polvo o gases tóxicos pueden provocarla.
Existen ciertos factores de riesgo que puedes evitar si quieres reducir la probabilidad de contraer esta enfermedad. El principal es el tabaco, pero existen otros como la exposición a agentes irritantes en el lugar de trabajo, el reflujo gástrico (ya que irritan la garganta), unas malas defensas... Una buena forma de protegerte es la vacunación contra el virus de la influenza, ya que muchas bronquitis tienen su origen en este virus.