Los primeros signos y síntomas de embarazo pueden surgir antes de la falta de la menstruación, pero pueden ser tan sutiles que únicamente las mujeres que están muy atentas a su cuerpo o que están intentando quedarse embarazadas pueden notarlo, debido a que la mayoría de las veces suelen pasar desapercibidos.
La forma de confirmar si está embarazada o no es realizándose una prueba de embarazo. El test de farmacia puede realizarse en casa a partir del primer día que se presenta el retraso de la menstruación, a diferencia de la prueba de sangre, que puede realizarse 10 días después de haber tenido relaciones sexuales. Sin embargo, esos signos y síntomas previos son una forma de que la mujer logre identificar rápidamente un posible embarazo, y son los que recopilan en 'Tua Saúde':
Al ser fecundado el óvulo puede haber una leve descarga de flujo de color rosado, que es en realidad la descarga normal que la mujer presenta (exceso de mucosidad vaginal) con rastros de sangre causado por la entrada del espermatozoide en el óvulo y su desplazamiento hacia el útero. Esta descarga puede aparecer unos minutos después de la relación o hasta 3 días después del contacto íntimo, período de vida del espermatozoide dentro del cuerpo femenino. A veces, esta descarga sólo se observa cuando la mujer se limpia después de orinar.
Los grandes cambios hormonales que comienzan a ocurrir desde el momento de la concepción hacen que algunas mujeres tengan un flujo vaginal más espeso de lo normal. Esta secreción no necesariamente es rosada y, en la mayoría de los casos, tiene un color ligeramente blanquecino. Cuando el flujo está acompañado de mal olor u otros síntomas como dolor o comezón, es muy importante consultar a un ginecólogo, ya que también puede indicar una infección vaginal, especialmente candidiasis.
Con el óvulo fecundado existe un aumento del flujo sanguíneo en el área pélvica y las hormonas femeninas entran en acción para preservar el embrión y continuar con el embarazo. Esto puede causar cólicos abdominales parecidos a los que se presentan durante la menstruación, sin embargo, suelen ser de intensidad baja o media. Asimismo, la mujer también podría presentar una pequeña pérdida de sangre similar a la menstruación, pero en menor cantidad.
La inflamación del vientre también es uno de los primeros síntomas de embarazo y es causado por las intensas alteraciones pélvicas que se están produciendo, surgiendo con más frecuencia en los primeros siete días a dossemanas. El aumento del flujo sanguíneo y la adaptación al crecimiento uterino son los mayores causantes de esta leve hinchazón abdominal, que para algunas puede pasar desapercibido. Alrededor de las 7 semanas de gestación la parte inferior del ombligo comienza a endurecerse.
En las dos primeras semanas de embarazo, la mujer puede notar que sus senos se vuelven más sensibles y esto es debido a la acción de las hormonas que estimulan las glándulas mamarias, preparándola para la lactancia materna. De esta forma, existe también un aumento en el volumen de las mamas, que comienza a tener las glándulas mamarias más desarrolladas para soportar las necesidades del bebé después del nacimiento. Los pezones también pueden sufrir algunas alteraciones, quedando más sensibles e hinchados.
Además del aumento y la sensibilidad de los senos, la mujer también puede notar cambios en las areolas, que tienden a oscurecerse más de lo normal debido al aumento del flujo sanguíneo en la región. Algunas mujeres pueden sentir mucha incomodidad con el simple roce de la camisa o del sostén en la areola o la región del pezón.
El cansancio es uno de los síntomas más comunes del embarazo que puede estar presente durante toda la gestación, empezando a surgir alrededor de la segunda semana. Es normal que este cansancio vaya aumentando durante las primeras 12 semanas de embarazo, mientras que el cuerpo adapta todo su metabolismo para proporcionar la energía necesaria para el desarrollo del bebé. Este tipo de cansancio es fácil de identificar cuando la mujer empieza a sentir que las tareas que hacía anteriormente se están volviendo muy exhaustivas, llegando al final del día sin energía o necesitando dormir más de 10 horas por noche para restablecer la energía que gastó.
Es común que las mujeres experimenten dificultad para respirar, notándose cuando es necesario subir escaleras o realizar actividades que requieren más energía, como limpiar la casa o correr para agarrar el autobús, por ejemplo. Esta dificultad para respirar no solo está relacionada con el cansancio, sino también con un aumento del flujo sanguíneo en el útero, haciendo que las concentraciones de oxígeno en todo el organismo disminuyan ligeramente.
Aunque el dolor de espalda casi siempre se considera un síntoma frecuente de las últimas semanas de embarazo, algunas mujeres pueden desarrollar este tipo de dolor desde el comienzo del embarazo, y está relacionado con los cambios que ocurren en el cuerpo de la mujer para recibir al bebé.
En algunos casos, el dolor de espalda puede confundirse con el dolor de vientre, por lo que algunas mujeres piensan que está por venirles la menstruación, sin embargo, con la falta del período comienzan a darse cuenta de que en realidad es dolor en la parte inferior de la espalda, y que no está relacionado con la menstruación.
Es normal que al comienzo del embarazo la mujer tenga aversión a olores fuertes, aunque sean aparentemente agradables como perfume. La mayoría de las embarazadas pueden incluso vomitar después de sentir un olor fuerte como el de la gasolina, el cigarrillo o los productos de limpieza, por ejemplo. Además, al estar alterado el olfato, algunas mujeres también pueden percibir un cambio en el sabor de la comida, el cual se vuelve más intenso, produciendo náuseas.
En las dos primeras semanas de embarazo, la mujer podrá notar algunas variaciones de humor, sin causa aparente. Es muy común que la embarazada llore por situaciones que no le harían llorar antes de estar embarazada, y este síntoma podría permanecer durante todo el embarazo. Esto ocurre porque las fuertes alteraciones hormonales, normales del embarazo, pueden causar un desequilibrio en los niveles de los neurotransmisores, haciendo con que el humor sea más inestable.
La falta de menstruación suele ser el síntoma más obvio del embarazo, ya que durante la gestación la mujer deja de tener su período menstrual para permitir que el feto se desarrolle adecuadamente en el útero. Este signo se produce debido al aumento de la producción de la hormona beta hCG, que impide que los ovarios continúen liberando óvulos maduros.
El retraso de la menstruación puede ocurrir hasta 4 semanas después de la concepción, identificándose más fácilmente en mujeres con un período regular. Sin embargo, es importante mencionar que existen otras situaciones que pueden originar un atraso en la menstruación, como por ejemplo: estrés o alteraciones hormonales.
Las náuseas y los vómitos son frecuentes, principalmente por las mañanas, siendo uno de los síntomas más conocidos del embarazo y que suelen surgir a partir de la 6ª semana de gestación, pudiendo persistir durante todo el embarazo. Sin embargo, las náuseas no siempre causan vómitos, siendo mucho más común que las náuseas aparezcan y desaparezcan sin que la mujer vomite, especialmente en la mañana.
Además de las náuseas y vómitos, también puede ocurrir exceso de salivación, lo que hacen con que las náuseas sean aún más incómodas para las mujeres. Por lo tanto, aunque el exceso de saliva se pueda mantener durante todo el embarazo, es común que disminuya cuando las náuseas mejoran.
Los antojos típicos del embarazo pueden comenzar desde el primer mes de embarazo y continuar durante toda la gestación, y es común que algunas mujeres quieran comer alimentos extraños, prueben diferentes combinaciones o incluso quieran comer alimentos que nunca han probado antes. En algunos casos, estos deseos pueden estar relacionados con deficiencias nutricionales en algún tipo de mineral o vitamina, especialmente si son alimentos muy diferentes de lo que generalmente está acostumbrada a comer la mujer. En estas situaciones, se recomienda consultar a un médico para comprender cuál puede ser la causa.
Los mareos son ocasionados por la caída de la presión arterial, la disminución de la glucosa en sangre y de la mala alimentación provocada fundamentalmente por las náuseas y los vómitos frecuentes. Este síntoma suele surgir a partir de la quinta semana de embarazo, pero tienden a disminuir a partir de la 20ª semana de gestación. El dolor de cabeza también es común durante el embarazo debido a las alteraciones hormonales, normalmente es leve aunque persistente, y por lo general la mujeres no suelen asociarlo al embarazo.
Con el avance del embarazo, el cuerpo de la embarazada necesita producir varias hormonas como la progesterona, para garantizar que el bebé se desarrolla de forma sana. Cuando esto ocurre, los músculos de la vejiga se relajan y, por lo tanto, es más difícil vaciar completamente la orina que está dentro de la vejiga, por lo que la mujer puede sentir más ganas de ir al baño a orinar que antes.
Debido a los cambios hormonales, muchas mujeres también pueden presentar estreñimiento desde las primeras etapas del embarazo, teniendo mayor dificultad para defecar.
Los cambios hormonales pueden conducir a la aparición o empeoramiento de puntos negros y espinillas, llamados científicamente acné, y es por esto que ya en las primeras semanas de embarazo la mujer puede notar la piel más grasosa, que puede ser controlada con el uso de productos de limpieza de la piel y con una higiene personal adecuada.