Los chinos han vuelto a sorprender al mundo con la construcción de dos hospitales y la instalación de más de 18000 camas en cuestión de días. Todo un récord que ha tenido a 37 millones de chinos pendientes de la televisión como si estuvieran viendo un reality. La eficacia y la organización de los chinos han vuelto a sorprender al mundo.
El hospital Huoshanshen con capacidad para 1.000 pacientes fue construido en solo diez días. Se ha construido en un complejo de 25.000 m2 y contará con más de 1.400 empleados. No es la primera vez que los chinos lo logran. El hospital de Xiaotangshan, que se construyó en Beijing en tan solo siete días durante la epidemia de SARS de 2003, es otro de los ejemplos.
La pregunta es ¿cómo lo logran los chinos? Y la siguiente es clara: ¿Seríamos nosotros capaces, por qué no lo hacemos? A la espera de que se abra un segundo hospital para asombro mundial, José Luis Esteban Penelas, catedrático de Arquitectura en la Universidad Europea da algunas de las claves de este éxito chino. Sabe de lo que habla porque ha trabajado años con ellos y destaca ante todo el tiempo que dedican al desarrollo constructivo. "Una vez que tienen el proyecto desarrollado acometen la ejecución de una forma tremendamente eficaz".
No hay que olvidar que los chinos tienen especialistas altamente cualificados, y están entrenados porque han tenido que trasladar del campo a la ciudad a millones de personas en un tiempo relativamente corto.
Para lograr esta eficacia es vital señalar que estamos ante una construcción prefabricada. "Es una estructura metálica ensamblada y atornillada, las vigas y los pilares, las habitaciones incluso las tuberías, seguridad todo está hecho en módulos. Influye también que han elegido a conciencia el terreno, amplio y llano, que aporte todas las facilidades y también que es una construcción horizontal, sin ascensores. Todo se establece a partir de un eje, un gran pasillo al que se conecta el resto y que puede ser infinito", explica Penelas.
Otro elemento importante que no hay que desdeñar es el sistema de turnos de los trabajadores, tres turnos diarios en los que no se para nunca. Como destaca Jesús Sanz, co-director del Máster en Gestión y Planificación Sanitaria de la Universidad Europea-SEDISA no hay que olvidar que los trabajadores en este caso y los profesionales que van a trabajar en estos hospitales son militares.
"La disciplina se supone y la experiencia también, porque los hospitales de campaña, que también existen en España son eficaces y ofrecen todas las medidas de seguridad".
"Estamos ante gente formada que tiene experiencia en este tipo de construcciones exprés. También influye que la especialidad a tratar es solo una, con lo que tendrán la zona aislada, los laboratorios, y las salas de los pacientes.
Más complejo sería que hubiera distintas especializaciones en el mismo hospital. Estos trabajadores se saben todos los protocolos. Además de tener el personal tienen la tecnología, la organización y la decisión política necesaria. Porque el sistema modular también existe en España", asevera.
Ambos contestas sin tapujos a la realidad de por qué en España, para lugares como la España vaciada o la construcción de vivienda pública no apostamos por este modelo de construcción, aunque los materiales y la belleza no sean los mismos. Y ambos dan dos claves: burocracia infinita para conseguir permisos y unos protocolos de seguridad más exigentes. Aquí desde que se empieza a desarrollar el proyecto hasta que se empieza a construir pueden pasar dos años". También es cierto que cuando se ha querido hacer, por eso también importa la voluntad política, se ha hecho.
Frente a los que opinan que estos hospitales pueden tener deficiencias en el futuro los expertos son categóricos. "Pueden durar fácil 14 años sin problemas, aunque los chinos lo desmontarán igual que lo han montado para dedicarlo a otra cosa", destaca Penelas, "pero no tienen que tener ningún problema. Es verdad que en España se busca la iluminación, la zona del hospital, la belleza de la construcción, pero el futuro es la combinación de las dos cosas, prefabricar y aportar unas comodidades para los pacientes", concluye.
Deberíamos pues erradicar la burocracia y eliminar el negocio que ella conlleva para apostar por ser tan eficaces como los chinos. Capacidad hay de sobra, solo hay que querer hacerlo.