Todos los días mueren personas por obesidad y por enfermedades relacionadas con el sobrepeso pero no hay conciencia del riesgo que supone que la báscula no marque un peso adecuado. Es preocupante que ya el 53% de la población española tenga exceso de peso y algunas clínicas turcas, como ya ocurrió con los implantes de pelo, han encontrado la manera de hacer negocio. A un precio muy por debajo del que se paga en España ofrecen viaje a Estambul con reducción de estómago incluida pero para abaratar costes en muchas ocasiones las pruebas previas se limitan a un análisis de sangre y la intervención no se hace con todas las garantías.
Hace solo unos días moría una menor de 17 años de Utrera tras someterse a una intervención en Turquía y son muchos los pacientes que han llegado a España con secuelas que les han cambiado la vida. Es el caso de Mónica, de 42 años. Solo unos días después de operarse, todavía con los puntos y convaleciente, volaba de vuelta a La Línea de la Concepción. Ha pasado meses sin poder ingerir ningún alimento, vomitaba hasta el agua, y poco a poco su cuerpo se iba debilitando hasta el punto de que llegó a temer por su vida. Cuando se operó pesaba 118 kilos, ahora pesa 60, pero cuenta su caso para alertar de los riesgos de viajar a Turquía. Después de consultar en varias clínicas la ha operado el doctor Carlos Ballesta que asegura que cada quince días trata un caso de este tipo y denuncia las condiciones en las que se opera en aquel país. Entre las secuelas que se ha encontrado además de la intolerancia a la ingesta de alimentos y la hinchazón de las extremidades nos cuenta que hay pacientes que han perdido visión.
Como alternativa a la intervención por vía abdominal que es la que se hace en Turquía y siempre tiene un riesgo añadido, en España se utiliza el método Apollo. Con esta moderna técnica no hay riesgo de infección porque el cirujano accede al estómago a través de la boca del paciente. No se hacen cortes y al no dejar cicatrices la persona puede recuperar la actividad a las 24 horas de haber sido operada. La intervención se hace en quirófano con anestesia general y apenas dura veinticinco minutos.
Es una intervención sencilla en la que el cirujano a través de un endoscopio cose la parte interna del estómago para reducir su tamaño de manera provisional , en unos dos años el cuerpo reabsorbe los puntos y el órgano recupera su tamaño normal pero durante todo este tiempo el paciente es acompañado por un equipo de nutricionistas y psicólogos que le ayudan a modificar sus hábitos para que no vuelva a recuperar los kilos. Esta es la clave del éxito nos dice el director de la Unidad de Obesidad del Hospital Universitario Sanchinarro, el doctor Gontrand López-Nava. Solo el 5% de las personas que hacen dieta por su cuenta consiguen su objetivo frente al 80% de los que someten a un tratamiento completo como el que se ofrece en este centro.