El invierno ha traído la diversión que estábamos esperando justo a tiempo para las navidades: ¡la nieve! Pero no hay que confiarse. Pasar mucho tiempo expuestos al frío y la humedad puede hacer que suframos quemaduras en la piel que, en el caso de los niños y de algunas personas adultas, hay que tomarse en serio. Estas son las primeras señales a las que debes estar atento.
Al igual que en verano el golpe de calor nos avisa, en invierno el golpe de frío también lo hace. Cuando hace menos de 0ºC, lo cual ocurrirá estos días en prácticamente toda España, podemos sufrir rojeces o dolencias en la piel que nos advierten de nuestro cuerpo está actuando para mantener el calor corporal.
En estas circunstancias, los vasos sanguíneos se contraen porque la sangre se desvía de nuestra piel. De esta manera, pone todos sus esfuerzos en mantener la temperatura corporal central. Si esto ocurre durante mucho tiempo, sufriremos lo que se conoce por ‘frostnip’. Este término define un primer estadio de la congelación.
Cuando se da durante un tiempo prolongado, y según en qué extremidad del cuerpo y en qué persona, esta congelación puede dejar marcas en la piel o causar alguna lesión.
Lo más peligroso es que los ‘avisos’ son sutiles. Empiezan por una sensación de frío, un enrojecimiento y un entumecimiento en la zona, pero a veces no es hasta que volvemos a calentarnos que notamos realmente el riesgo. Por eso es importante que, al surgir estos primeros síntomas, lo tomemos en serio. Al volver a calentarse la piel, podemos sentir un hormigueo o un dolor en la zona.
Si notas que tu hijo tiene la piel más roja de lo normal o se queja de un ligero dolor, o del frío, busca un lugar cerrado donde pueda entrar en calor, ha aconsejado el dermatólogo Joshua Zeichner, director de investigación cosmética y clínica en Mount Sinai Medical Center, en el diario de salud SELF.
Una manera para acelerar la recuperación es aplicar agua tibia, aunque nunca se debe masajear la zona. “Si ha pasado más de media hora calentando su piel y siente mucho dolor, su piel todavía se siente entumecida, ha desarrollado fiebre o su piel tiene ampollas, es posible que en realidad tenga congelación. Consulte a un médico para estar seguro”, dice este doctor.
Además de lo anterior, es importante protegerse siempre del frío adecuadamente, también las manos con guantes, e hidratar la piel varias veces al día. En las personas que padecen algún tipo de dermatosis (dermatitis atópica, psoriasis, por ejemplo), es especialmente importante “emplear un emoliente adecuado a base de lanolina, o de urea, por ejemplo, que ayudará a mantener una piel sana durante el invierno”, apuntó la dermatóloga Nayra Merino, del Hospital Quirón de Tenerife en Infosalus.