Ucrania es el mayor de exportador de aceite de girasol del mundo. Solo España importa cada año 500.000 toneladas de esta grasa vegetal. Los efectos de la guerra también se están dejando notar en este sector, con una subida considerable de los precios que afecta a otros muchos productos que utilizan este aceite para su elaboración.
Productos de bollería industrial como galletas, bizcochos o pastas utilizan este aceite para su producción por tratarse de una alternativa más barata a otras grasas vegetales. También diferentes tipos de muesli utilizan este aceite y por eso son uno de los productos cuyo precio ha comenzado a aumentar.
El aceite de girasol es el gran aliado de diversos tipos de patatas fritas y frutos secos fritos. La fritura de las patatas se suele realizar con este aceite, que también se utiliza para conservar otros alimentos, como mejillones, sardinillas o atún. Sin embargo, algunas conservas utilizan aceite de oliva o escabeche para bañar sus alimentos, por lo que existirían algunas alternativas a esta subida indiscriminada de precios.
Algunas de las salsas más habituales como el tomate frito, el alioli también es previsible que aumenten de precio o que ya hayan comenzado a hacerlo por incluir este aceite entre sus ingredientes.
La industria trabaja ahora en buscar alternativas a esta grasa vegetal que les permitan seguir operando con normalidad y sin que suban los costes de producción ni el precio de venta a los clientes.