Son muchas las figuras públicas que luchan para desestigmatizar la salud mental. Entre ellas Elsa Ruiz, cómica y colaboradora del programa ‘Sobreviviré’, que ha comunicado su retirada de la televisión para ingresar voluntariamente en una unidad de salud mental.
“No estoy pasando una etapa buena emocional ni psicológicamente”, explicaba la colaboradora de televisión. “Estoy con depresión y ansiedad tratándome con psiquiatra, medicación y de más, pero llevo un tiempo en el que la cosa no mejora. Hace dos meses intenté suicidarme tomándome dos blísters de pastillas y estuve ingresada. El domingo pasado tuve que ir a urgencias porque tuve varios ataques de ansiedad que no lograba bajar”. El desencadenante de su estado psicológico es el acoso que recibe en redes sociales por ser trans y reivindicar sin tapujos los derechos del colectivo LGTBIQ+. "Todo esto viene porque desde hace año y pico sufro un acoso en redes que no termina de bajar y me ha afectado mucho en lo personal y en lo emocional. La psiquiatra me ha sugerido que tengo que ingresarme."
Todas las ciudades españolas cuentan con, al menos, una unidad de salud mental en los hospitales públicos. Allí hay psicólogos, enfermeras especialistas en salud mental, auxiliares de enfermería y psiquiatras principalmente. Todos estos profesionales se coordinan con trabajadores sociales o terapeutas ocupacionales también. El objetivo es dar una atención completa a las personas con problemas psicológicos.
Al igual que es posible estar ingresado en un hospital porque has sufrido un accidente de coche, un infarto o un problema oncológico que requiere asistencia continua, también existen ingresos por motivos psicológicos. Estos ingresos se realizan en las unidades de salud mental.
Los ingresos psiquiátricos pueden ser:
El objetivo de los ingresos es ofrecer seguridad y tratamiento a la persona, sobre todo si está experimentando ideaciones suicidas o tiene un trastorno psicológico que requiere ayuda urgente.
El primer requisito para solicitar un ingreso voluntario psiquiátrico es tener capacidad para consentir. Es decir, que comprendas la situación y sus consecuencias, y tomes una decisión libre.
El siguiente paso es firmar una petición escrita en la que te explican que tienes derecho a ser dado de alta en el mínimo tiempo posible, excepto en situaciones excepcionales en las que no se pueda garantizar tu seguridad o la de otras personas, prolongándose el ingreso.
Después se realizará una evaluación psiquiátrica para valorar si tu situación requiere un ingreso. El médico psiquiatra asignado debe tomar una decisión conjunta con el resto de la unidad, es decir, con psicólogos y enfermeras. Si deciden que el ingreso es necesario, te informarán de las condiciones, de tus derechos y de las obligaciones que debes cumplir.
Como explicábamos antes, el objetivo de un ingreso es proporcionarte tratamiento y garantizar tu seguridad. Este tratamiento es siempre de tipo psiquiátrico, ofreciendo adicionalmente tratamiento psicológico.
Como vemos los fármacos son el tratamiento principal y aunque en algunos casos sí que son útiles, sobre todo en situaciones graves, son muchos los profesionales sanitarios que se quejan del exceso de medicalización en unidades de salud mental y de la falta de psicólogos clínicos. Esta crítica es una de las bases de la nueva ley de salud mental.
Por otro lado, es importante señalar que un ingreso psiquiátrico no es un proceso sencillo. Aunque vas a estar asistido por profesionales muy cualificados, debes saber que pasarás tiempo solo en tu habitación, que los medicamentos pueden hacerte sentir adormilado y confuso, y que el tratamiento psicológico puede no adaptarse a tus expectativas. Por eso los ingresos psiquiátricos sólo se reservan para situaciones críticas.
Es habitual que cada 10 días renueves tu consentimiento para certificar que voluntariamente sigues queriendo estar ingresado. Pero, ¿y si quieres pedir el alta?
Durante las 24 horas siguientes a solicitar el alta, un médico psiquiatra (normalmente quien ha llevado tu caso) evaluará tu estado, siendo lo ideal que lo hiciese en equipo con otros profesionales.
Si consideran que dándote el alta tú estarías en peligro, por ejemplo, porque creen que hay riesgo de suicidio, o que otras personas estarían en peligro, por ejemplo, porque creen que quieres dañar a alguien, se solicitará una orden de ingreso involuntario firmada por un Juez.