Quien tiene buena noche no puede tener buen día, y todo lo que sube... inevitablemente baja. Estos dos dichos se aplican a la perfección a la temida resaca, tan habitual en épocas de ocio como la Navidad. Esos vinos de más durante un almuerzo o el exceso de bebidas de alta graduación durante la noche nos pasan factura a la mañana siguiente. Pero, ¿por qué se produce la resaca de alcohol? ¿Qué puedes hacer para reducir sus efectos?
Las resacas por alcohol son grandes conocidas para casi todos y, con la edad, cada vez son peores. Lo que el cuerpo aguantaba sin quejarse demasiado a los 20 años se convierte en varios días de calvario pasadas unas décadas, y cada vez nos merece menos la pena pasar por ella. Pero la Navidad es tiempo de excesos, reuniones y celebración. Por eso no es nada raro que la cosa se nos vaya un poco de la manos y que terminemos atrapados en ella. ¿Por qué se produce la resaca y de qué forma podemos reducir sus efectos?
Técnicamente, la resaca se define como un cuadro de malestar general que se padece tras un consumo excesivo de bebidas alcohólicas. En el extremo más dramático encontramos el coma profundo y la subsiguiente muerte por depresión respiratoria pero, afortunadamente, no solemos llegamos a rozar esa posibilidad. El término médico para la resaca es veisalgia.
Sus síntomas son bien conocidos, aunque no se dan igual en todo el mundo: hay quien siente que su cabeza va a explotar, y también quien sufre más a nivel estomacal. También hay quien sufre de todo. En general, es frecuente la amnesia ligera o pérdida de memoria de lo ocurrido durante el episodio etílico, así como alteraciones gástricas (vómitos, acidez y, a veces, diarrea, debida a la erosión de la mucosa gástrica y la pérdida de la vellosidad intestinal).
La cefalea o dolor de cabeza es otro síntoma muy frecuente, que tiene que ver con la deshidratación de las meninges, la dilatación de los vasos sanguíneos y la disminución de la glucosa (azúcar en sangre). También tenemos mucha sed, precisamente porque la degradación del alcohol en nuestro organismo provoca deshidratación. Es posible experimentar también sensación de debilidad, así como dolor abdominal y muscular.
En cuanto a la causa de la resaca, tiene que ver con la presencia de sustancias residuales que se generan simultáneamente al proceso de obtención del alcohol (metanol, histamina, acetaldehído y distintos polifenoles). Su descomposición produce también sustancias perjudiciales, tóxicas o venenosas, responsables de los síntomas.
Las bebidas menos destiladas y de color más oscuro suelen contener más sustancias de este tipo, especialmente si su naturaleza es vínica (brandy, oporto, moscatel, vino tinto...), y lo mismo se aplica a los güisquis. Así las bebidas que más resaca producen son coñac, vinos tintos, ron, güisqui, vino blanco, ginebra y vodka.
Existen datos curiosos sobre la resaca. Por ejemplo, afecta más a las mujeres que a los hombres, porque el hígado de los hombres procesa y descompone con más eficacia y rapidez el alcohol y sus congéneres. Además, al parecer no existe evidencia de que mezclar bebidas alcohólicas distintas provoque síntomas de resaca mayores.
También hay que saber que el consumo habitual de alcohol acaba produciendo cierto grado de tolerancia, elevado el umbral de la resaca. No es lo mismo beber una vez cada varios meses que hacerlo con relativa frecuencia.
Por último, si quieres aliviar tu resaca, es importante que comas. Ante la duda, elige productos que contengan cisteína, como el huevo, el brócoli o los espárragos. También te ayudará beber agua a intervalos mientras consumes alcohol, así como antes de acostarte. Así reducirás el malestar y el dolor de cabeza.
La Vitamina B6, presente en cereales con base de arroz, avena, trigo y frutos rojos, también puede ser de gran ayuda, así como los zumos de fruta (sobre todo, de tomate, y mucho mejor si añades unas gotas de limón). También existen medicamentos específicos para tratar la resaca, y siempre quedará la Aspirina o el Ibuprofeno para aliviar el dolor.