¡Atención alérgicos! Los niveles de polen de olivo y gramíneas se han disparado en España, lo que podrá afectar a los 8 millones de personas que, se estima, sufren alergias en nuestro país. La mascarilla podrá ser un buen aliado un año más.
Desde hace unos días, tras las recientes lluvias y el calor que se impuso posteriormente en España, las concentraciones de polen superan los umbrales de riesgo. En Andalucía, Extremadura, Valenciana, Madrid y Castilla-La Mancha, el polen del olivo sobrepasa los 200 granos/m³, y el de gramíneas lo hace en Castilla y León, Castilla-La Mancha, Extremadura y Andalucía.
Las zonas en rojo y naranja se han multiplicado en el mapa de seguimiento de niveles de polen por metro cúbico que elabora la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC).
“Considerando los pólenes alergénicos globalmente en España, las gramíneas de crecimiento espontáneo tal como el Trisetum, Dactylis y otras muchas más (malas hierbas que crecen en los bordes de las carreteras, campos de cultivo, descampados, praderas..etc) resultan ser la causa más importante de polinosis”, informan desde SEAIC.
“La sensibilización a gramíneas es dominante en el centro y norte de la Península a excepción del litoral mediterráneo, donde por el contrario la Parietaria judaica (una maleza) relega a las gramíneas a un segundo lugar. Igual ocurre con la Olea (olivo) en el sur de España, en aquellas áreas con extensas superficie de olivares, tales como Jaén, Córdoba o Granada, donde este polen resulta ser la principal causa de polinosis, ocupando las gramíneas un segundo puesto”, detallan.
La histórica borrasca Filomena generó una mayor humedad en el campo y así, un aumento de las concentraciones de pólenes.
Además, el número de personas alérgicas ha aumentado y también la sensibilización a varios pólenes, por lo que algunas personas tienen síntomas desde diciembre con las cupresáceas y más tarde desarrolla síntomas por el plátano de sombra, las gramíneas y el olivo.
"Entre el material particulado que se encuentra en la atmósfera están las PM2,5, que provienen de la combustión del diésel y del desgaste de neumáticos y frenos, pero sobre todo los pólenes. El tamaño de los pólenes alergénicos oscila entre las 15 micras de la parietaria y las 30 micras de la arizónica”, explica para Infosalus el presidente del Comité de Aerobiología de SEAIC el doctor Ángel Moral de Gregorio.
Por ello, el uso de mascarillas está beneficiando mucho a los alérgicos, como ya hizo el año pasado. Las más recomendadas, según este especialista, son las denominadas FFP.