El coronavirus ha matado ya a más de 560 personas e infectado a 28.000 en China. Hoy, la muerte de Li Wenliang, el doctor que alertó del coronavirus y al que nadie escuchó, ha conmocionado a la opinión pública china y mundial. En un primer instante, no solo no le escucharon, sino que el Gobierno chino llegó a acusarle de difundir bulos y le mandó a la zona cero: Wuhan, no sin antes preguntarle cómo sabía lo que sabía. Luego vinieron las disculpas políticas y los remordimientos.
La muerte de Wenliang, tras mucha confusión entre confirmaciones y desmentidos, finalmente ha sido certificada por el Hospital de Wuhan y por medios estatales chinos.
El drama que rodea a la muerte del médico, no obstante, va más allá. Pese a sus advertencias, y tras haber sido el primero en identificar el virus, tuvo que ver cómo gran parte de su familia se infectada. A Li le sobreviven sus padres, ambos infectados, y su esposa, que está embarazada de su segundo hijo y también ha contraído coronavirus, según informes de los medios locales, de los que también se hace eco Vice.
Li Wenliang , cuando aún su estado le permitía comunicarse, se preguntaba por qué el Gobierno chino tardó en reconocer que este se transmitía de persona en persona. Su caso es uno más de heroísmo que se suma a ese otro doctor, muerto de un infarto después de trabajar durante 10 días seguidos, o el de esos padres que dejan a sus pequeños solos porque ahora su vida se dedica a estar aislados intentando curar a los enfermos. La humanidad se abre paso en medio de la opacidad de un Gobierno chino que aísla ciudades enteras, crea hospitales en días y critica a los que les acusan de no poner todos los datos encima de la mesa.
El coronavirus causa infección respiratoria aguda grave y los síntomas generalmente comienzan con fiebre, seguidos de tos seca. Es probable que la mayoría de las personas infectadas se recuperen por completo, tal como lo harían con una gripe. Y eso es lo que está pasando en muchos casos. Los llaman ya los supervivientes y son recibidos con ramos de flores.
El doctor Li, junto con ocho compañeros acusados por dar noticias falsas y sembrar bulos, fue ejemplar. De hecho, algo poco corriente, el Gobierno chino le pidió disculpas. El diario People's Daily ha calificado ya la muerte de "dolor nacional".
Según las autoridades sanitarias de China, la mayoría de las víctimas de coronavirus tenían más de 60 años o padecían otras afecciones médicas. El historial de Li no se conoce.