La exposición al frío puede conducir a la hipotermia, provocando graves consecuencias, como el coma profundo y la pérdida de conciencia. De acuerdo con la Fundación para la prevención de riesgos laborales de España, los efectos del frío dependen de su intensidad y de la duración de la exposición, lo que puede dar lugar a diferentes formas clínicas.
El frío ejerce notable influencia sobre el sistema circulatorio local y general, así como sobre todo tejido expuesto a sus efectos. La exposición a bajas temperaturas puede desencadenar el agravamiento de determinadas patologías preexistentes.
La hipertensión arterial. Es una condición muy frecuente. Está diagnosticada en el 15% de la población. No produce síntomas durante un periodo de tiempo de varios años por lo que su presencia suele pasar desapercibida. La exposición mantenida al frío produce un incremento de la tensión arterial que puede agravar o descompensar las cifras habituales. Por otra parte, varios de los tratamientos antihipertensivos pueden disminuir la tolerancia al frío.
Patología cardíaca. La exposición al frío produce el aumento de la tensión arterial y de la frecuencia cardíaca lo que obligan al corazón a realizar un esfuerzo mayor. Se requiere un mayor aporte de oxígeno para su correcto funcionamiento, por parte de los vasos coronarios. En esta situación, la existencia de enfermedad, principalmente de tipo obstructivo, en los vasos coronarios puede comprometer su funcionamiento. La literatura científica demuestra que la exposición a bajas temperaturas puede desencadenar episodios isquémicos (angina de pecho o infarto de miocardio), arritmias e insuficiencia cardíaca en personas que padecen trastornos del corazón.
Diabetes Mellitus. Ante la exposición al frío, se puede presentar una doble afectación: por una parte, la circulación periférica se ve comprometida, principalmente en zonas distales. El efecto vasoconstrictor del frío puede producir o agravar una isquemia. Por otro lado, la lesión nerviosa asociada a la hiperglucemia puede provocar alteraciones en la sensación de frío o calor, de forma que no se dispara el aviso de peligro y no se toman las precauciones adecuadas. El tratamiento inadecuado con insulina o antidiabéticos orales puede ocasionar hipotermia.
Arteriopatías vasomotoras. Grupo de enfermedades que tienen en común la obstrucción de los vasos arteriales más distales de las extremidades, sin una causa obstructiva física, sino por una alteración de la regulación funcional.
Isquemia crónica de extremidades inferiores. La arteriosclerosis de los vasos principales que irrigan las extremidades inferiores produce fenómenos de claudicación intermitente, esto es, la aparición de dolor, tensión o debilidad en el músculo en acción que se produce al caminar y cede inmediatamente con el reposo. Estos síntomas se ven agravados por la exposición al frío, que provoca aparición de los síntomas al deambular menos espacio que en condiciones normales.
Acrocianosis. Coloración azulada de manos y pies como consecuencia de una vasoconstricción cutánea que está producida por un escaso gasto cardiaco o un trastorno vasomotor local. Se agudiza por las temperaturas frías y húmedas.
Urticaria a frigore o por frío ('alergia al frío'). Tipo de urticaria caracterizada por la rápida aparición de prurito, eritema, lesiones habonosas y angioedema tras la exposición a un estímulo frío. La secuencia básica de eritema, edema y prurito puede desencadenarse en respuesta a diferentes estímulos fríos como bajas temperaturas ambientales, viento frío, o manipulación de objetos fríos. La ingesta de comidas o bebidas frías puede provocar tumefacción a nivel de mucosa labial y con menos frecuencia edema en lengua, faringe o laringe.
Rinitis física o por frío. La rinitis es un trastorno inflamatorio de la mucosa nasal. Produce estornudos y tos, picor, obstrucción nasal que dificulta la respiración, secreciones nasales y en ocasiones falta de olfato. La exposición al frío puede empeorar una rinitis previa, principalmente de tipo alérgico, pero también otras rinitis de tipo no inflamatorio, y aparecer en personas que no la presentaban anteriormente.
Otitis Media. Inflamación de las estructuras que forman el oído medio, frecuentemente causada por una infección bacteriana. Algunos estudios muestran que las variaciones bruscas de temperatura pueden estar relacionadas con su aparición, por lo que se sospecha que la exposición reiterada a las bajas temperaturas aumenta la incidencia.
Enfermedades respiratorias. La exposición a bajas temperaturas a medio plazo puede alterar la función del sistema respiratorio. Como consecuencia, puede agravarse la evolución de enfermedades respiratorias como asma, infecciones respiratorias, atelectasias e insuficiencia respiratoria.
El hipotiroidismo (déficit de hormona tiroidea) tiene como uno de sus principales síntomas la aparición de intolerancia al frío, pues se reduce el metabolismo y se altera la generación de calor.
Reumatismos y trastornos musculares. La relación entre el frío y los trastornos músculo esqueléticos no está suficientemente demostrada, a pesar de que muchos pacientes con enfermedades reumáticas refieren notar mayor dolor ante las bajas temperaturas. Sí que está documentado que el frío induce contracción muscular, y cuando esta contracción se mantiene en el tiempo, puede provocar contracturas musculares.
Enfermedades neuromusculares. Las parálisis musculares episódicas se caracterizan por las crisis de debilidad muscular que se desencadenan por estímulos muy variados como el estrés y el frío, así como ciertos alimentos. La paramiotonía congénita es una enfermedad de origen genético que produce crisis de contracturas musculares, debilidad o flaccidez y calambres ante la exposición al frío. Estos cuadros producen grandes dificultades para la realización de movimientos básicos como caminar o manipular objetos cuando se desencadenan las crisis.
Migrañas. Son ataques recurrentes de dolor de cabeza (cefalea), con gran variabilidad en su duración, intensidad y frecuencia. La causa es desconocida, pero se han descrito múltiples desencadenantes de las crisis, entre ellos los cambios bruscos de temperatura, ciertos alimentos y factores hormonales. Es más frecuente en la mujer.
Vasculopatías inflamatorias (vasculitis). Son cuadros que generalmente cursan con episodios de isquemia aguda que recidivan por brotes, generando en cada uno de ellos lesiones persistentes de las arterias de pequeño y/o mediano calibre. Entre cada brote se mantiene una isquemia crónica. El efecto vasoconstrictor del frío se superpone sobre unos vasos que presentan menor calibre. Se trata de enfermedades como Esclerodermia, Artritis Reumatoide, Lupus Eritematoso, la Panarterítis Nodosa y la enfermedad de Büerger.