España es el tercer país del mundo en número de ensayos clínicos frente al COVID-19, representando el 9 por ciento del total a nivel mundial, con alrededor de 160 proyectos, según un informe de la plataforma 'ClinicalResearchNavigator', de la compañía ExpertSystem. La empresa biofarmacéutica Gilead Science, el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) y el Hospital Clínic de Barcelona son quienes tienen registrados un mayor número de ensayos en nuestro país.
Los ensayos abordan desde distintas perspectivas las posibles soluciones relacionadas con el coronavirus, y están enfocados a determinar la eficacia de fármacos capaces de anular la progresión de la infección y recudir el riesgo de las complicaciones que provoca en el organismo. En este sentido, los antipalúdicos, entre los que se encuentra la hidroxicloroquina, son los fármacos a los que se les dedica un mayor número de ensayos clínicos, significando un 20 por ciento del total. Este tipo de fármacos inhiben la entrada del virus en las células, disminuyendo su progresión. También se postulan como efectivos por su potencial antiinflamatorio y modulador de la respuesta inmunitaria.
En segundo lugar, se encuentran los antivirales, cuyo fármaco más conocido es el remdesivir, que protagonizan el 13 por ciento de los estudios. Estos medicamentos bloquean la replicación del gen del virus, con lo que ralentizan su propagación, acortan la enfermedad y disminuye sus complicaciones. A continuación, le siguen los agentes antineoplásicos e inmunomoduladores, con un 10 por ciento de los ensayos activos, que tratan de modificar la respuesta inmunológica que provoca el virus, sobre todo en aquellos que padecen complicaciones relacionadas con un exceso de inflamación.
Los antibióticos representan el 7 por ciento. En los ensayos con este tipo de fármacos se ensaya el tratamiento de infecciones concomitantes. Un 6 por ciento de los ensayos se centran en fármacos con corticoides, cuya función es modular la respuesta inmune e inflamatoria y los mecanismos metabólicos de adaptación al estrés celular y de los tejidos. Por su parte, los anticoagulantes y antiagregantes representan un 4 por ciento de los ensayos. Su efecto es prevenir o tratar los fenómenos trombóticos que provoca la enfermedad.
Por último, un 3 por ciento de los ensayos están dedicados al plasma de convalecientes, para investigar sobre transfusiones de plasma de la sangre de quienes ya se han recuperado de la enfermedad a quienes la padecen, con el objeto de transferirle los anticuerpos que el convaleciente ha generado, con la esperanza de que neutralicen el virus al enfermo.
Según estos datos, el crecimiento del número de estos estudios ha sido "exponencial" desde el inicio de la pandemia. La gran mayoría de ellos se han registrado entre los meses de marzo y abril y, en las últimas semanas, el registro de nuevos ensayos se ha incrementado a un ritmo aproximado de un 10 por ciento semanal.
Estados Unidos es el país en el que se están desarrollando un mayor número de investigaciones, con un 19 por ciento del total, seguido de Francia (16%). A nivel mundial, los investigadores de diferentes países están implicados en más de 1.700 ensayos clínicos relacionados con el COVID-19.
En Italia, un país especialmente afectado por la pandemia, están registrados el 5 por ciento de los ensayos en marcha y en China el 6 por ciento. Además, actualmente la plataforma registra 30 ensayos clínicos activos sobre el desarrollo de una vacuna, en Reino Unido, China y Estados Unidos y otros países.