El uso de la fototerapia como tratamiento cutáneo

  • La fototerapia se utiliza como herramienta para el tratamiento de distintas enfermedades cutáneas: descubre cuáles y en qué casos resulta útil

Los beneficios de la luz del sol para nuestra salud se conocen desde hace siglos, y la exposición controlada a sus radiaciones es un remedio eficaz y probado para muchísimas enfermedades: balnearios y centros de bienestar en todo el mundo la utilizan como atractivo para sus visitantes y, de hecho, existe la llamada helioterapia, que utiliza el sol como medicina natural para fines terapéuticos. También desde hace años se utiliza la llamada fototerapia, que consiste en el uso de luz ultravioleta (una parte del espectro solar) para el tratamiento de distintas enfermedades, con prácticamente nulas contraindicaciones, basándose en la adquisición de la vitamina D. ¿Qué es la fototerapia y cuáles son sus usos?

¿Qué es la fototerapia y cuáles son sus usos?

La fototerapia se considera un tratamiento clásico por sus años de vigencia y el amplio conocimiento existente en cuanto a sus ventajas y posibles contraindicaciones. El hecho de que pueda utilizarla prácticamente cualquier tipo de paciente (incluso personas embarazadas) y su gran eficacia la convierten en una solución clave para distintas dolencias relacionadas, en general, con la piel.

Así, el uso de la fototerapia está indicado para enfermedades dermatológicas inflamatorias (psoriasis, dermatitis atópica, vitíligo, entre otros) y neoplásicas (micosis fungoide). Generalmente se utiliza para tratar formas extensas en las que un tratamiento tópico no es suficiente.

Existen diferentes tipos de radiación terapéutica. La radiación UVA tiene capacidad para llegar a capas más profundas, pero de forma menos potente. De ahí que se necesite un medicamento fotosensibilizante que potencie el efecto de su radiación, que puede administrarse en forma de pastillas o de forma local, en crema. En cuanto a la radiación UVB, resulta más superficial, pero también más potente, de forma que no es necesario utilizar ningún fármaco para potenciar sus efectos.

En cuanto a los efectos secundarios de la fototerapia, son parecidos a los que provoca el sol: enrojecimiento de la piel, quemazón... Si esto ocurre, será necesario comentario para modificar las pautas de aplicación del tratamiento. También puede desarrollarse una pigmentación cutánea similar al bronceado de verano, o incluso sequedad cutánea (bastará con hidratar la piel). A largo plazo, al igual que ocurre con el sol, puede desarrollarse un mayor fotoenvejecimiento cutáneo, con aparición de arrugas y manchas.