La Universidad de Washington ha publicado hoy nuevas estimaciones para Europa sobre el coronavirus. 151.680 residentes fallecerán y habrá una significativa escasez de camas de hospital y respiradores en una primera ola. Según las estimaciones de los expertos, casi todas las regiones de nuestro país están en el pico o más allá. Así, la demanda excesiva de camas en las UCI es particularmente alta en España en comparación con muchos otros países de Europa. Es más, los datos predicen 19.209 muertes totales por COVID-19 para el 4 de agosto, según desvela la agencia Sinc. En estos momentos el número de fallecidos asciende aagencia Sinc 13.798
"Hemos visto claras evidencias de que el virus está alcanzando su máximo en algunas regiones. Parece que el confinamiento ha estado funcionando y, mientras se mantengan las medidas de distanciamiento social, disminuirá el uso de los hospitales y las muertes”, explica Christopher Murray, el director del IHME.
"Hay buenas razones para el optimismo en el país”, continúa, “pero el distanciamiento debe mantenerse. La presión sobre los servicios de salud debería comenzar a disminuir a nivel nacional, pero este alivio de la presión se producirá en diferentes momentos en las regiones, El pico nacional del virus parece haber quedado atrás. Ahora hay una gran tentación de relajar el distanciamiento social demasiado pronto. Si eso sucede, el virus podría rebotar muy rápidamente”, declara el experto.
Sobre por qué el número de muertes en España es muy superior al de Portugal, Murray puntualiza que allí los servicios no esenciales cerraron en febrero, las escuelas cerraron el 16 de marzo y se emitió una orden de permanencia en el hogar el 19 de marzo, cuando solo se había producido una muerte.Debido a que Portugal comenzó a distanciarse socialmente cuando el volumen de transmisión era bajo, tienen un pico mucho menor y muchas menos muertes por día que España”, confirma. “Sin lugar a dudas, es evidente que el distanciamiento social puede, cuando está bien implementado y mantenido, controlar la epidemia. Y esto lleva a la disminución de las tasas de mortalidad”, indica Murray.
No obstante, Murray advierte que aliviar estas precauciones demasiado pronto durante la primera ola de la pandemia podría conducir a nuevas rondas de infecciones, hospitalizaciones y muertes. El experto define el final de esta ola cuando se alcance una proporción de 0,3 muertes por millón de personas.
“En Europa se tomó en serio desde el principio la implementación del confinamiento y ya se está viendo un progreso importante en la reducción de sus tasas de mortalidad. Pero la trayectoria de cada nación empeorará si las personas se relajan en el distanciamiento social u otras precauciones”, añade.
“Para disminuir el riesgo de una segunda ola en lugares donde la primera está controlada por un fuerte distanciamiento social, los gobiernos deberían considerar la realización de pruebas masivas el rastreo de contactos y las cuarentenas para aquellos infectados hasta que haya una vacuna disponible, producida en masa y distribuida ampliamente”, concluye Murray.