La evolución del coronavirus en España sigue la tendencia descendente y su incidencia en la población sigue bajando. Incluso más allá de lo esperado por Sanidad, tal como ha confirmado el director del Centro de Coordinación y Alertas y Emergencias Sanitarias, quien ha precisado que “tras haber hecho muchos PCR, los que dan positivo a la prueba en la última semana son un 3,1%”, añadiendo que será la evolución de esos PCR lo que dará “garantía de que el control en la pandemia se está conseguiendo”.
En el último balance facilitado por el Ministerio de Sanidad la cifra de muertos en las últimas 24 horas ha bajado por debajo de los 400. Concretamente, se ha situado en 399, una cifra que continúa reflejando una realidad dramática, pero que sigue en descenso. Así mismo, los contagiados en el último día también han bajado, con 2.881 nuevos positivos en las últimas 24 horas.
Con esos datos, el total de casos en España supera la barrera de los 200.000 y los fallecidos superan los 20.800; dolorosísimos números que nos alertan de que, aunque la tendencia siga siendo descendente, hay que seguir manteniendo las directrices dictadas en el marco del estado de alarma y el confinamiento; un confinamiento que está dando resultado a través del distanciamiento social, la reducción de la movilidad y las medidas de prevención e higiene.
Los buenos datos, que no solo deben atribuirse a la ejemplaridad de la mayoría de los ciudadanos para adoptar escrupulosamente esas medidas, llegan también gracias al incansable trabajo de unos sanitarios que desde el primer momento han entregado todo y se han visto obligados a reinventarse en cada centro para dar cabida a la enorme cantidad de pacientes que llegaba continuamente con síntomas del virus que ha puesto en jaque al mundo entero, donde se extiende dejando ya más de dos millones de casos y más de 157.000 muertes.
A este respecto, afortunadamente los hospitales siguen disminuyendo su presión paulatinamente. Concretamente, tal como ha manifestado Fernando Simón, quien ha explicado que ya se realizan 700.000 test de PCR a la semana, las hospitalizaciones y los ingresos en UCI han bajado con un 0,7% y un 0,8% respectivamente respecto a semanas anteriores. Además, son ya más de 80.000 las personas que se han recuperado del COVID-19.
Con todos estos datos sobre la mesa, el Gobierno ya procedió este fin de semana a anunciar el inicio de una fase de desescalada en la que los más pequeños podrán salir a la calle el próximo 27 de abril. Lo harán, han precisado este lunes, para dar “paseos controlados” junto a algún progenitor. "Los niños no van a salir a jugar con sus vecinos, si la gente piensa eso ahí podemos tener un problema", ha dicho, textualmente, Fernando Simón, quien en su comparecencia ha salido en defensa de su equipo técnico para destacar, ante críticas que considera injustas, que trabajan “con la mayor honestidad posible”.
La desescalada será la siguiente fase, pero todavía estamos lejos y queda un largo camino para seguir los pasos de países como Alemania, donde ya inician la vuelta a una 'nueva normalidad' y tras un extraordinario trabajo de identificación y aislamiento de casos, así como de los contactos con los que se relaciona a cada uno, el impacto del coronavirus ha sido mucho menor. Con más de 1,7 millones de test realizados, su sistema sanitario no ha colapsado en ningún momento y por ello las autoridades alemanas ya la semana pasada afirmaron que el brote se da por “controlable”. En total, allí son más de 146.000 los contagios y 4.800 las muertes, una mortandad que nada tiene que ver con la de España, situada entre las más altas del mundo.
El Gobierno de España habla de una futura desescalada pero no entra en mayores precisiones más allá de las ofrecidas porque, en primer lugar, subrayan, han de ser “los expertos” quienes tracen el camino. “Sobre estas cuestiones no queremos especular porque al final confunden a la población. Seremos muy cautos”, ha dicho la portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, tras ser preguntada al respecto de si se permitirá próximamente hacer deporte y cómo se va a abordar ese levantamiento de restricciones: si se va a hacer por grupos de población, por territorios… Todo apunta a que es probable alguna medida de este tipo, pero por el momento el mensaje de Gobierno es “no anticipar ningún escenario” hasta que no esté plenamente decidido.
Serán los indicadores que estudian los expertos los que marquen el camino, y su evolución la que dicte si ese camino continúa o se deshace, ha dicho Montero.
Entre tanto, sectores gravemente afectados como el turístico auguran los peores pronósticos. Según la patronal Exceltur su actividad caerá más de un 80% y eso, traducido en cifras, supondrán cerca de 124.000 millones de euros. No en vano, atendiendo al ámbito global el vaticinio del Banco de España es que la economía española sufrirá este año una caída “sin precedentes” en la historia reciente. Entre los distintos escenarios que contemplan se habla de pérdidas que irían de un 6,6% a un 13,6% del PIB en el mejor y en el peor de los casos respectivamente. El paro, la deuda y el déficit se dispararían.
Fuera de nuestras fronteras, mientras tanto, el resto de los países afectados multiplican también sus esfuerzos para reanudar la actividad económica cuanto antes. Este lunes, en Italia, ya han abierto las librerías, al mismo tiempo en que algunos centros de grandes compañías, a pesar del gobierno central y amparados en políticas regionales, han abierto también sus puertas. En el segundo país más afectado de Europa, tras España, por primera vez se ha reducido el número de casos activos al tiempo en que siguen bajando las hospitalizaciones. Las cifras, no obstante, en cómputo global, son también desoladoras, y por eso pese a que se dilucida ya toda esperanza al frente, las autoridades subrayan que “la lucha continúa” y “el peligro no ha pasado”. Los casos en Italia superan los 181.000 y las muertes van más allá de las 24.100.
Mientras, en Estados Unidos, Donald Trump, que hoy se ha referido a una “España destrozada por el virus” para desviar la atención sobre su gestión de la crisis, no cesa en su intención de acelerar la vuelta a la normalidad pese a las voces que advierten que podría ser nefasto. En total, el país registra más de 795.000 casos y más de 42.000 muertes.