El verano que nos espera va a ser más que inusual. Vamos a convivir rodeados de mascarillas, de mamparas, de turnos, de restricciones, de transportes semivacíos (ya se habla de una capacidad del 30% en los trenes y aviones). Y no parece que antes de un año las cosas puedan cambiar. Y demos gracias. Porque si el confinamiento nos hubiera pillado en los 90 como decían los Celtas Cortos, la cosa sería más complicada, sin compras online, streaming, videoconferencias.... No solo la playa, algo más sencillo, como la vuelta a los gimnasios no será fácil.
No son pocos los expertos que empiezan a hablar de un panorama de ciencia ficción. El jefe de Enfermedades Infecciosas del Hospital Germans Trias i Pujol, Bonaventura Clotet, confesaba en RAC 1 que está convencido de que "podremos ir a la playa, pero dependerá de a cuáles. Quizá por turnos y que no esté llena ni toallas una al lado de la otra. Todo dependerá de los posibles rebrotes y de la conciencia ciudadana. La persona que lo haya pasado y tenga anticuerpos se podrá relacionar con los que también la hayan pasado y también estén protegidos. Nos iremos agrupando", dice el experto.
La empresa italiana Nuova Neon Group 2 ha desarrollado una posible solución para mantener la distancia de seguridad este verano en las playas y evitar el contagio del coronavirus: cubículos de plástico transparente que aíslen a los bañistas en cada tumbona. Se han basado en los hospitales recién creados sobre la marcha. El proyecto está todavía en estudio, pero se trata de dispositivos portátiles fabricados con hierro o aluminio y pantallas de policarbonato o plexiglas, lo que protegería a los bañistas de la tos y los estornudos de sus vecinos de tumbona. Tendrían unas dimensiones de 4,5 metros por lado y un acceso de un metro y medio de ancho, dentro del cual se situaría la tumbona, la sombrilla o cualquier elemento, aunque el tamaño se podría adaptar. No son descartables, los túneles de duchas con productos higiénicos, entrega de comidas y bebidas directamente a las sombrillas, seguridad para vigilar que la gente guarde las distancias.
Los expertos aún no lo tienen claro. No se tienen datos específicos sobre la supervivencia del SARS-CoV-2 en un ambiente salino, pero los primeros elementos indican un virus frágil en el agua. Eso sí, si se surfea y se nada rodeado de gente entonces corremos riesgos claros. Lo que sí parece es que las condiciones marinas no son las más proclives para el coronavirus, aunque este sea un virus que puede mutar. Los espacios al aire libre como la costa son, por el contrario, entornos en los que las concentraciones virales son nulas o mínimas. Los vientos marinos parecen ser, con todas las precauciones, un factor de gran dispersión que de la concentración de los agentes de contagio.
Hace poco más de un mes miles de autónomos y pequeños empresarios cerraron sus negocios por el estado de alarma. Sus dudas de entonces han tornado en inquietud, miedo o angustia por el paso del tiempo y la falta de certezas sobre el futuro.Ahora, la realidad se impone y la angustia crece. Los hosteleros contemplan cómo la posibilidad de no abrir hasta final de año les hunde y ya piensan en alternativas. Y dan ideas: pulseras identificadoras, certificados para poder entrar en los establecimientos, medir la temperatura, guardar las distancias. Es cierto que los reservados, la comida a domicilio ganarán enteros así como las caravanas.
Turismo ya sabe que este verano sobrevivirá de los turistas españoles y que la gente, por el momento, se moverá lo justo. El consumidor turístico será prudente y optará por destinos de proximidad, desplazándose con vehículo privado ante el establecimiento de medidas estrictas de control para evitar la propagación del coronavirus durante este verano, según un estudio de la Universidad Abierta de Cataluña (UOC). Todo ello, claro está, si los datos de la pandemia mejoran y permiten al Gobierno levantar el confinamiento. Según el experto, el turismo volverá a un escenario similar al de los años setenta, "cuando las familias se desplazaban en sus propios automóviles y mayormente a apartamentos veraniegos. Habrá una demanda baja, debido a una crisis sanitaria que conlleva una crisis económica, con pérdidas millonarias en empleos", han asegurado los expertos en el informe.
La Asociación Corporativa de Agencias de Viajes Especializadas (Acave) ha propuesto crear un plan nacional de vacaciones para 2020 para acelerar la recuperación del sector turístico que facilite a través de un bono el acceso a la contratación de viajes a personas afectadas por expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) y personal sanitario.
El plan contempla que todas las personas afectadas puedan disfrutar de un bono o tarjeta de crédito con cargo al Estado por un importe "a determinar" que únicamente podría ser utilizado en las agencias de viajes para el pago parcial de sus vacaciones en el territorio español. Consideran que esta medida de subvención de parte de las vacaciones supondría una "reactivación transversal" del consumo y de todo el sector turístico.
El sector turístico tendrá un plan concreto de revitalización ante la crisis provocada por la pandemia de coronavirus, según ha asegurado la portavoz del Gobierno y ministra de Hacienda, María Jesús Montero. La portavoz del Gobierno ha resaltado que el turismo "es tan importante para el PIB" que hay "que intentar superar esta situación en el menor plazo". Asimismo, ha manifestado que "ojalá se recuperen" pronto los países del entorno para que la reapertura del sector "sea un hecho a la mayor brevedad".
En cuanto a los instrumentos a utilizar, la ministra ha destacado que uno de ellos podría ser el superávit de los ayuntamientos que dispongan de él, mientras que en los casos en los que no sea posible habrá planes de financiación para ayudar al sector de forma específica para que "pueda mantenerse en este estado durante el mayor tiempo posible hasta que los ciudadanos puedan viajar".
Por otro lado, en relación a la ampliación del periodo de ERTEs por fuerza mayor, una de las peticiones más reiteradas por el sector turístico, Montero ha señalado que si la situación sanitaria se prolonga, también "se tendrán que prolongar los instrumentos" puestos en marcha. Así, ha destacado que el Ejecutivo estudiará la eficacia de estas medidas, en este caso los ERTEs, y si se pueden ampliar en algún sector concreto.