La Comisión Europea ofrecerá este miércoles a los estados miembro una serie de "criterios" para pedirles que coordinen la salida de las medidas de confinamiento que impusieron para frenar el coronavirus, con el objetivo de evitar que la descoordinación entre países vecinos lleve a un repunte de la pandemia, precisamente cuando países como Austria o Dinamarca retoman la vuelta progresiva a la normalidad.
Bruselas evitará dar plazos o calendarios precisos para volver a la normalidad, pero pedirá a las capitales que la salida sea "gradual" y que se base en "criterios epidemiológicos" claros que muestren que la propagación del Covid-19 ha caído de manera significativa durante un cierto periodo de tiempo, según el borrador de la propuesta.
El documento advierte también de que antes de salir del confinamiento los Estados miembros deberán estar seguros de que sus respectivos sistemas sanitarios tendrán la capacidad necesaria para absorber el previsible aumento de casos cuando se empiecen a relajar las medidas restrictivas.
Las recomendaciones de Bruselas abogarán también por una salida en varias fases, distanciadas en el tiempo, para que las autoridades puedan reaccionar si se disparan los contagios de nuevo y que inicien a escala "local" y se amplíen geográficamente más tarde.
El Ejecutivo comunitario adoptará su "hoja de ruta para la salida de la pandemia" a lo largo de la mañana de este miércoles, por lo que podría sufrir aún modificaciones, y a continuación la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, presentará los detalles en rueda de prensa, acompañada por el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel.
Von der Leyen intentó ya la semana pasada presentar esta iniciativa pero su propuesta se vio frenada por el malestar de varias capitales, entre ellas Madrid y Roma, que vieron precipitado el anuncio y temieron que enviara un mensaje equivocado a las puertas de las vacaciones de Semana Santa, cuando en estos países se imponía aún un confinamiento severo.
El portavoz de Von der Leyen, Eric Mamer, ha evitado esta semana comentar el retraso pero ha insistido en que Bruselas es consciente de que es "prerrogativa" de los Gobiernos europeos decidir "cuándo quieren tomar medidas restrictivas y cuándo quieren salir de ellas". Por ello, ha añadido el portavoz, el objetivo de la Comisión es que cuando se empiecen a levantar las restricciones se haga "de manera que sea efectiva" y teniendo en cuenta la situación en otros países de la UE, "en especial en los países vecinos".
De hecho, el documento apunta que los estados miembro deberán "notificar" tanto al Ejecutivo de Von der Leyen como al resto de socios en la UE de sus medidas de relajamiento antes de ponerlas en práctica, y "tener en cuenta sus opiniones".
La pandemia en Europa ha dejado ya cerca de 120.000 fallecidos y más de 800.000 contagiados, según los últimos datos ofrecidos por el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés).
Todos los estados miembro han impuesto medidas restrictivas con distintos ritmos y severidad y la mitad de ellos ha decretado el Estado de Emergencia y cerrado sus fronteras interiores.
Por ello, la Comisión cree ahora necesario coordinar los planes de salida para evitar que la falta de entendimiento lleve a "efectos negativos secundarios" y advierte de que deben primar "criterios científicos y situar la salud pública en el centro", aunque las decisiones tengan un impacto inevitable en el plano económico y social.
El Ejecutivo comunitario espera también de las capitales que prevean medidas de acompañamiento a la relajación del confinamiento, por ejemplo ampliando el alcance de los test y armonizando la metodología para estas pruebas, así como reforzando la capacidad de los sistemas sanitarios para atender a los pacientes.
También apunta la necesidad de homogeneizar los datos para trazar mejor la propagación de la pandemia y poder identificar los contactos de las personas contagiadas, por ejemplo con el uso de aplicaciones móviles.