Del hotel al hospital y viaje de vuelta. Es toda la visita a Madrid que pueden realizar por el aislamiento estos enfermeros que han llegado a la capital para trabajar en la crisis del Coronavirus. Muchos acudieron al llamamiento realizado ante la falta de profesionales en estos momentos. Conscientes de la exposición y del peligro, muchos son muy jóvenes.
Es el caso de Loira que llega desde Galicia. "Vienes hecho a la idea, pero no te imaginas lo que pasa ahí dentro", afirma tras acabar su jornada laboral. Relata como decidió sumarse voluntariamente a esta lucha. "Yo estaba en casa viendo como cada día moría más gente y me dije que no podía estar de brazos cruzados. Mi madre me dijo que estaba loca", declaraba cubierta con una mascarilla.
A pesar de su precocidad, es consciente del riesgo al que se está exponiendo, pero eso no le permite no seguir trabajando. "Tenemos consciencia de que estamos expuestos, pero si pensamos todo el rato que te vas a morir no puede ser", afirmaba.
Junto a ella se encuentra María, que ha llegado desde Jaén. Apenas tiene experiencia pero también quiso aportar su grano de arena en esta crisis. "Dos meses de experiencia tengo", dice mientras se sube en el autobús que les lleva al hotel donde se alojan. Una juventud que comparte con Miguel, que es compañero de clase en la universidad.
A pesar de ello, lo que más afecta a estos profesionales es el dolor en el interior por lo que ven día a día en los centros. "Es durísimo", relata Carmen, otra enfermera que se presentó a esta llamada en busca de trabajadores de las autoridades.