España continúa la lucha contra el coronavirus y los datos del último balance arrojan, por tercer día consecutivo, un repunte en el número de muertos y contagios. Concretamente, este jueves se han contabilizado 217 nuevos decesos y 506 nuevos positivos por pruebas PCR (un incremento del 0,22%), lo que eleva las cifras totales a 27.321 fallecidos con COVID-19 y 229.540 casos.
“Los datos de son ligeramente superiores a los que teníamos en estos días. Es un pequeño repunte y estamos valorando si es una de las variabilidades habituales o si tiene alguna otra cosa más de fondo”, ha explicado el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, a la hora de hacer balance. Fundamentalmente, ha dicho, se debe a las notificaciones aportadas por “una comunidad autónoma” con la que, ha manifestado, están “trabajando para identificar las fechas de fallecimiento y poder valorar si son realmente nuevos decesos o se deben a problemas de retrasos en la actualización de las fichas".
En este sentido, ha llamado a la “precaución” y ha explicado que, por el momento, “no parece que haya un efecto relacionado con la apertura o el alivio de las medidas aplicadas” con el propósito de relajar paulatinamente el confinamiento.
No obstante, desde Sanidad nuevamente lanzan un llamamiento a extremar las medidas de prevención contra un virus que ha probado tener un implacable poder de contagio y una enorme rapidez para propagarse desde el primer instante en que se descuidan las medidas sanitarias para contenerlo. El ministro Salvador Illa ha recordado que, tal como conocimos con el anuncio de los datos preliminares este miércoles, el estudio de seroprevalencia realizado en España con el objetivo de obtener “una radiografía de la situación epidemiológica” de nuestro país, refleja que solo el 5% de la población ha generado anticuerpos contra el COVID-19; un estudio que, si bien no mostró diferencias de prevalencia significativas entre hombres o mujeres o incluso entre grupos de edad, --más allá de reconocer que los niños y adolescentes presentan menos--, sí que refleja una significativa variabilidad en función de cada territorio. De este modo, mientras que Ceuta, Murcia, Melilla, Asturias y Canarias presentan prevalencias inferiores al 2%, otras comunidades como Castilla-La Mancha o Madrid superan el 10%, algo en lo que se amparan las autoridades sanitarias para defender la desescalada “a distintas velocidades”.
Este viernes, el Ministerio de Sanidad, amparado en las decisiones técnicas de su equipo de expertos, tendrá que determinar qué nuevos territorios que se quedaron en la fase 0 podrán pasar a la fase 1, así como si las islas de La Gomera, el Hierro, La Graciosa y Formentera, que cumplen ya dos semanas en esta última fase, pueden pasar a la 2. En total, han sido seis las comunidades autónomas que claman dar el siguiente paso, con Madrid a la cabeza e Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad madrileña, asegurando que “cumple todos los requisitos” para ello a pesar de tener una de las más altas tasas de contagio y de que en el último balance la mayoría de los nuevos positivos se reparten precisamente entre la capital de España y Cataluña; una Cataluña que ha representado el 60% de las muertes en el último día y que no propone a Barcelona para pasar a la fase 1 sino a la 0,5, que supondría reabrir comercios pero prohibir contactos sociales y no habilitar aún la apertura de terrazas.
El ministro de Sanidad, a este respecto, se ha mostrado tajante lanzando un aviso al conjunto de los gobiernos regionales: el cambio de fase “no debe plantearse como una carrera o como un ranking”. “Esto no va de quién llega antes, sino de hacer las cosas bien para no dar pasos en falso que nos hagan retroceder a todos”, ha aseverado ante la presión que están ejerciendo desde distintas comunidades para dar un nuevo paso hacia la reanudación de la actividad económica.
En este sentido, a última hora de la noche del jueves la presidenta de la Comunidad de Madrid reaccionaba redoblando esa presión: “El Ministerio de Sanidad no parece estar dispuesto a que Madrid pase a la fase 1, pero no da razones técnicas. Nos emplazan a otra reunión este viernes. Madrid cumple todos los criterios: ha aumentado su capacidad de camas y PCR, menor índice de contagios”… escribía en un mensaje publicado en Twitter. Pero Salvador Illa ya había dado previamente una respuesta recordando: “Madrid tiene un 11% de prevalencia”, o en otras palabras, es la región más afectada por el coronavirus y una de las que ha tenido y tiene un contacto más intenso con el COVID-19.
En este contexto, y con independencia de la decisión de este viernes tomada por Sanidad, una cosa es certera: la desescalada, como anunció desde el primer día y desde el primer momento tanto Salvador Illa como el propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, va a ser “lenta”, “asimétrica” y “gradual”, además de adaptativa. No va a la misma velocidad y por ello no todos los territorios de España van a conseguir llegar a la denominada ‘nueva normalidad’ a finales de junio, el plazo estimado para lograrlo, exclusivamente, “en el mejor de los casos”. Por eso, la desescalada para muchas regiones se prolongará más allá alcanzando julio. Este 11 de mayo, previsto para la primera entrada en la fase 1, de hecho, la mitad de los territorios de España quedaron fuera, retrasando así inevitablemente toda perspectiva.
De los criterios basados en los datos epidemiológicos, de la respuesta de cada región y cada sistema sanitario, y de la innegociable responsabilidad individual de cada uno, --algo a lo que apela Sanidad como “la única forma de hacer esto” posible--, dependerá la velocidad con la que cada territorio alcance la ansiada ‘nueva normalidad’.
Entre tanto, la situación sigue siendo grave. El virus sigue entre nosotros, no se ha ido y “todavía hay riesgo de transmisión” y por tanto de rebrote. No en vano, la Organización Mundial de la Salud este mismo jueves recordaba que somos “el tercer país europeo con más infectados” en lo que respectaba a las últimas 24 horas contabilizadas, alertando que no es tiempo de celebrar nada sino de aumentar la precaución durante la desescalada.
Hasta el momento, la pandemia del coronavirus deja ya más de 4,2 millones de casos y más de 294.000 muertes tras contagiar a 216 países, según datos oficiales de la propia OMS.