Alejandro Díez, un joven de Madrid, ha contado su experiencia con el coronavirus. Sus síntomas no fueron los habituales, como la neumonía, la tos o la fiebre alta, y tampoco ha sido asintomático: sufrió trombos en los pies durante numerosos días y cansancio generalizado.
El joven contó su historia a través de su cuenta de Twitter, donde incluso profesionales sanitarios le han solicitado poder estudiar las imágenes que ha aportado (sobre cómo se ha manifestado el coronavirus). "Todo comenzó el pasado domingo, cuando noté unas pequeñas heridas en el pie, las cual achaqué a las zapatillas tras hacer deporte el día anterior. No le di mayor importancia", señalaba Alejandro el 13 de abril.
"Conforme pasaban los días, mi preocupación aumentaba. Por las noches el picor era insoportable, comencé a pensar que podría ser una chinche o un mosquito que se había puesto fino conmigo. Comencé a ver cómo alguna zona se entumecía", añadía.
"Pocos días después, decido ir a la farmacia de guardia, porque creo que el problema pueden ser hongos, pero prefiero que me digan allí (no quería ir a ambulatorio u hospital para no colapsar por una “tontería”). Pero en la farmacia acabaron derivándome porque no sabían qué era eso", relataba el joven, periodista.
"Tras llegar a la consulta, lo primero que me dijo la enfermera es que mi consulta no era una tontería: me cambió mi mascarilla y me dio una más gruesa. Me dejó caer que seguramente fuera coronavirus y llamó a sus compañeras para sacar fotos. Me dijeron que si veía una evolución neativa, que contactara con el centro de salud. Cada día la cosa iba a peor y mi preocupación en aumento", destacaba.
Tras confirmar mediante una prueba que padecía coronavirus, Alejandro afrontó el reto con optimismo. "Llegué a ver el asunto bastante complicado. Mi dedo índice comenzaba a estar morado y cada vez salían más heridas. El dolor era grande, sobre todo porque en la planta del pie también tenía lesiones y me costaba caminar", contaba.
Los profesionales sanitarios decidieron mandar al joven a urgencias, donde le hicieron una analítica y descartaron la neumonia. "Tocaba empezar a cuidarse esos trombos y pelear contra el maldito virus. Como decía Manolo Preciado (exentrenador del Sporting): "Mañana saldrá el sol", comentaba Alejandro en su perfil de Twitter.
Numerosos expertos de Estados Unidos destacan esta manifestación del coronavirus, según informa The New York Times. Los funcionarios federales no han incluido estas lesiones en los dedos de los pies en la lista de síntomas de coronavirus, pero algunos dermatólogos presionan para que se produzca un cambio y para que sea motivo suficiente para realizar la prueba.
Algunos expertos, además, apuntan a que este fenómeno puede reflejar una respuesta inmune saludable al virus. "Las lesiones similares a los sabañones generalmente significan que va a estar bien el paciente", señala el doctor Fox, de la Universidad de California. Las consultas por este tipo de lesiones se han incrementado en un alto porcentaje en Norteamérica.
Según apunta Alejandro, el proceso es lento, presenta dolor de cabeza y malestar general. "No hay prisa. Las heridas parece que se han estabilizado un poco viendo la progresión de días anteriores. La aparición de nueva pequeñas heridas en la planta es lo peor que llevo, sobre todo, si tengo que pisar o andar. Son muy molestas, como si te clavasen una aguja", explicaba a mediados de abril, cuando ya combatía desde hacía días con el virus.
"Los medicamentos que me han mandado para mis síntomas son: Varidasa, para los trombos. Nolotil, para los dolores de cabeza y de pies. Vitamina C, para ayudar a proteger a los pulmones de posibles infecciones. Pese a que en las radiografías salió todo bien, hay que estar a alerta", señalaba Alejandro sobre los medicamentos que le recetaron.
Algunos días presentan mayor dificultad sobre todo las noches. "Esta noche me he desvelado varías veces por los picores. El bicho parece que no quiere marcharse. La sensación es muy molesta y obliga a dormir con los pies destapados sin ningún tipo de roce. También anoche vi que se enrojecieron algunas heridas y aparecieron más en el derecho", precisaba. Tras 16 días con síntomas, "la cosa no cesaba", presentaba más picor y alguna mancha. "Por suerte no produce mucho dolor", añadía.
Alejandro, cuenta, cambió de tratamiento, tras 7 días con analgésicos y antitrombóticos (que calmaron el dolor, pero no el picor) y comenzó con una crema con corticoide para cinco días. Sin embargo, tampoco surtió el efecto deseado. "Día 19. El nuevo tratamiento no estaba dando resultados y tuve que ir a mi centro de salud. Descubrieron más cosas sobre mi problema de circulación distal. Ambos pies están muy fríos debido a que la recuperación del flujo en los vasos es muy lenta. Las heridas no se están yendo", aclaraba.
Otro momento en el que se aprecia la recuperación del flujo en los vasos sanguíneos es al salir de la ducha, según el joven madrileño. La temperatura del agua hace que la sangre fluya mejor, y ahí se enrojece por completo el pie. En su caso, pasaba mucho tiempo hasta que el capilar se rellenaba completamente: lo normal son menos de dos segundos.
Finalmente, tras varias semanas mejorando, Alejandro se realizó la prueba de anticuerpos este miércoles. "En 15-20 minutos tenía los resultados en mi mano: negativo, no tengo anticuerpos. ¿Falso negativo? La médica que me lleva tratando todo este tiempo me ha dicho que no se fía, que los test realmente efectivos se llaman ELISA, pero que no se los han hecho ni a los médicos del centro. Hay muchos médicos que denuncian la fiabilidad de los test rápidos", señalaba el joven el 13 de mayo.
"Tras casi 40 días mis pies ya tienen mejor aspecto. Las heridas han desaparecido prácticamente en los dedos y son muy leves en el talón. La evolución es muy buena. Parece que estoy ya en la recta final para vencer al maldito virus, ya la recuperación está bien encaminada, salvo sorpresas", comentaba el joven a Informativos Telecinco este miércoles. El coronavirus puede afectar de diversa forma a todos los grupos de edad, algo que no se debe olvidar.