El confinamiento, el miedo a contagiarse por coronavirus, la higiene excesiva y el estrés ante un futuro incierto están provocando en la población un aumento de las enfermedades dermatológicas desde que comenzó la pandemia, como las dermatitis y la psoriaris.
El frecuente lavado de manos está produciendo dermatitis irritativa, mientras que el uso de equipos de protección está generando dermatitis de contacto y agravamiento de patologías faciales previas como el acné, la rosácea o la dermatitis seborreica, según explica el facultativo de la Clínica Dermatológica Sánchez del Río de Oviedo.
Asimismo, el estrés y la preocupación por lo que está por venir están generando que broten o se exacerben algunas enfermedades dermatológicas como la psoriasis, la dermatitis atópica, los efluvios telogénicos, las caídas de pelo y el prurito de origen psicógeno. Además, los pacientes más graves, los que están ingresados y muy medicados, pueden desarrollar otras manifestaciones cutáneas como toxicodermias derivadas de los fármacos que están tomando para tratar el Covid.
También se ha observado la aparición de lesiones cutáneas directamente ligadas a la infección por el nuevo brote de coronavirus. Se trata de unas lesiones de color violáceo, similares a los sabañones, la varicela o el sarampión, que aparecen en los dedos de las manos, en los talones y en los dedos de los pies y que parecen darse con mayor frecuencia en niños y adolescentes aunque también hay casos en adultos.
No son lesiones de alarma pero sí deberían de ser motivo de consulta, porque aunque no son los síntomas más graves de la enfermedad hay que tenerlos en cuenta. Los tipos de dermatitis parecidos a la urticaria y a la varicela son los más molestos. El Consejo General de Colegios Oficiales de Podólogos ha abierto un registro de posibles casos para su correcto tratamiento sanitario y a efectos epidemiológicos y científicos.
En caso de presentar estos síntomas, y si no se tiene una historia clínica previa de traumatismo, picadura o quemadura, es muy importante realizar un diagnostico diferencial para determinar si el caso puede ser compatible con un caso de COVID-19 positivo y así evitar un alarmismo infundado.
En el caso de que esto se detecte, se debe mantener al paciente en cuarentena, aislado, y puede aplicarse un corticoide tópico y llevar una control de temperatura, sin olvidar que se trata de lesiones benignas con evolución favorable, pero actuando con precaución al ser un posible portador asintomático. Para evitar contagios en los afectados y sus familias, no se recomienda acudir a los centros de atención primaria y hospitales solo por la aparición de estas lesiones dermatológicas.
Durante el confinamiento el sol está tocando menos tiempo y en menor intensidad nuestra piel, lo cual es positivo para ella. Cuantas menos horas de sol sumemos a nuestro cuerpo, menor riesgo de cáncer de piel asumiremos. Además, una menor exposición al sol también reduce el envejecimiento de la piel y evita que salgan manchas.
Por eso mismo, hay que evitar exponerse demasiado tiempo al sol, sobre todo en los casos en que tener una terraza o jardín nos permita hacerlo con mucha facilidad. Una exposición moderada, y exponiendo brazos o piernas durante 20 o 30 minutos al día sería suficiente, también para la síntesis de vitamina D.