Pasamos más de media vida trabajando por ello tanto el tipo de empleo como el horario en el que se desempeña acaba afectando a nuestra salud.
Un estudio reciente realizado por la Universidad de Waterloo, Canadá, ha concluido que el trabajo por turnos y los horarios irregulares pueden causar varios problemas de salud y afectar a nuestras defensas contra las infecciones.
Estos problemas de salud se deben a que el reloj natural del cuerpo, llamado reloj circadiano, puede verse alterado por los cambios incoherentes en el horario de sueño y vigilia y en los patrones de alimentación que suele provocar el trabajo por turnos. Para estudiar esto, los investigadores desarrollaron un modelo matemático para ver cómo una alteración del reloj circadiano afecta al sistema inmunitario a la hora de combatir las enfermedades.
"Como nuestro sistema inmunitario se ve afectado por el reloj circadiano, nuestra capacidad para organizar una respuesta inmunitaria cambia durante el día. ¿Qué probabilidad hay de combatir una infección que se produce por la mañana que al mediodía? La respuesta depende de si es usted hombre o mujer, y de si se encuentra entre la cuarta parte de la población activa actual que tiene un horario de trabajo irregular", explica una de las responsables del estudio, Anita Layton, profesora de Matemáticas Aplicadas, Informática, Farmacia y Biología en la Universidad de Waterloo.
En su trabajo, publicado en la revista 'PLOS Computational Biology', los investigadores crearon nuevos modelos computacionales, por separado para hombres y mujeres, que simulan la interacción entre el reloj circadiano y el sistema inmunitario. El modelo está compuesto por los genes centrales del reloj, sus proteínas relacionadas y el mecanismo regulador de los mediadores pro y antiinflamatorios. Ajustando el reloj, los modelos pueden simular hombres y mujeres que trabajan por turnos.
Los resultados de estas simulaciones informáticas concluyen que la respuesta inmunitaria varía según el momento de la infección. La simulación de los modelos sugiere que el momento anterior a acostarse es el "peor" para contraer una infección.
Es el periodo del día en el que nuestro cuerpo está menos preparado para producir los mediadores pro y antiinflamatorios necesarios durante una infección. Igualmente importante es el hecho de que el sexo de una persona influye en la gravedad de la infección.
"Es probable que el trabajo por turnos afecte a los hombres y a las mujeres de forma diferente. En comparación con las mujeres, el sistema inmunitario de los varones es más propenso a la sobreactivación, lo que puede aumentar sus posibilidades de sufrir una sepsis tras una infección inoportuna", afirma otra de las autoras, Stéphanie Abo, candidata al doctorado en el Departamento de Matemáticas Aplicadas de la Universidad de Waterloo.