La contaminación se relaciona con multitud de problemas de salud. Desde enfermedades cardíacas hasta problemas respiratorios, pasando por cánceres de pulmón y alergias. Y, según acabamos de saber, a la lista hay que sumar la pérdida de visión progresiva e irreversible.
Un estudio encabezado por expertos del Instituto de Oftalmología de Londres (UCL) y publicado en el British 'Journal of Ophthalmology' ha descubierto que, en las áreas más contaminadas, la población tiene un 8% más de probabilidad de padecer lo que se conoce por degeneración macular asociada a la edad (DMAE).
"Nuestros hallazgos sugieren que vivir en un área con aire contaminado, particularmente partículas finas o partículas relacionadas con la combustión que provienen del tráfico rodado, podría contribuir a enfermedades oculares", ha dicho el profesor Paul Foster de UCL, y autor principal del estudio. "Incluso una exposición relativamente baja a la contaminación parece afectar el riesgo de AMD, añade".
La degeneración macular asociada a la edad es la principal causa de ceguera irreversible entre las personas mayores de 50 años en los países de ingresos altos, recalca ‘Eurekalert’, y se prevé que el número de afectados alcance los 300 millones en 2040. Los factores de riesgo conocidos incluyen la vejez, el tabaquismo y la estructura genética.
Incluimos a 115.954 participantes del Biobanco del Reino Unido de entre 40 y 69 años, dice la investigación. Las medidas de contaminación del aire ambiental incluyeron material particulado, dióxido de nitrógeno (NO2) y óxidos de nitrógeno.
Los cambios estructurales en el grosor y / o la cantidad de receptores de luz en la retina, indicativos de DMAE, se evaluaron en 52.602 de los participantes, para los cuales se dispuso de datos completos en 2009 y 2012. Todos los contaminantes, excepto las partículas gruesas, se asociaron con cambios en la estructura de la retina.
Estudios anteriores, algunos del mismo equipo de investigación, han demostrado que la contaminación está asociada a otras afecciones como el Alzheimer, el Parkinson y los accidentes cerebrovasculares, y que aumentan las probabilidades de glaucoma.