“La contaminación del aire es altamente nociva para los pulmones, y causa y empeora infecciones y patologías respiratorias crónicas”, según advierte la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR). Por ello y, especialmente en plena pandemia de coronavirus, insisten en la necesidad de adoptar medidas contra la polución. Pero, no son los únicos: un estudio de la Universidad de Harvard afirma que a los pacientes más graves les ha perjudicado vivir durante mucho tiempo en ambientes con niveles altos de contaminación. De hecho, afirman que muchas de las muertes podrían haberse evitado.
Concretamente, el estudio que se realizó teniendo en cuenta las cifras de fallecidos hasta el 4 de abril en 2 080 condados de EEUU pone de manifiesto el agravamiento de los síntomas en los pacientes que han estado expuestos a un aire con altos niveles de contaminación durante un largo periodo de tiempo.
“Un aumento de solo 1 g / m³ en PM 2.5 se asocia con un aumento del 15% en la tasa de mortalidad COVID-19”, concluyen tras analizar los efectos que tiene la exposición a esta partícula que se genera por el tráfico y la actividad industrial.
De esta manera, de los 1095 fallecidos de Nueva York hasta esa fecha, 248 personas podrían estar vivas si hubiesen respirado aire más limpio en las últimas dos décadas. El estudio se puede extrapolar a España, donde los niveles de contaminación en muchas ciudades son preocupantes. De hecho, en nuestro país la polución es la responsable de 10 000 muertes al año.
Así, aunque los niveles de contaminación han descendido en el aire, en general, de todo el mundo, los expertos continúan haciendo hincapié en la importancia de tener un ambiente limpio para nuestra salud.
"Desde SEPAR, sin dejar de poner todo nuestro empeño en la lucha contra la pandemia del COVID-19 en las que estamos implicados en primera línea, queremos recordar una vez más la necesidad de adoptar medidas para reducir la contaminación y mejorar la calidad del aire de nuestro entorno", explica su presidente, Carlos A. Jiménez-Ruiz.
Al respecto, la doctora Isabel Urrutia, neumóloga y coordinadora del Área de Medio Ambiente de SEPAR, recuerda que la contaminación es un grave problema sanitario y que los cuatro contaminantes más peligrosos para la salud son el dióxido de nitrógeno (NO2), el ozono, las partículas en suspensión y el dióxido de azufre.
En otro de los países más tocados por la pandemia, Italia, otro estudio demuestra una correlación probable entre la contaminación del aire y la mortalidad. Concretamente, analiza la situación en dos de las regiones más afectadas en el norte de Italia: Lombardía y Emilia Romagna.
En un artículo titulado '¿Puede considerarse la contaminación atmosférica como un co-factor en el nivel extremadamente alto de mortalidad por SARS-CoV-2 en el norte de Italia?' publicado en la revista ‘Environmental Pollution’ los investigadores de la Universidad de Aarhus, en Dinamarca, y de la Universidad de Siena, en Italia, confirman el vínculo entre la alta tasa de mortalidad observada en el norte de Italia y el nivel de contaminación del aire en la región.
Y, es que diversas ciudades, también españolas, superan a menudo los niveles recomendados para la salud humana de distintos contaminantes y partículas y esto cuesta la vida a los más vulnerables.
"En los días en que esto ocurre aumentan los ingresos hospitalarios, las consultas médicas y las atenciones en urgencias, especialmente de los enfermos crónicos respiratorios: asmáticos y pacientes con EPOC", destaca Urrutia.