Durante la última semana de octubre, España ha experimentado un aumento de alrededor de 20 mil contagios diarios por coronavirus. Esta preocupante cifra se traduce en hospitales colapsados, pánico colectivo y la proclamación del estado de alarma, una decisión que no todos han aceptado con los brazos abiertos.
El tema de conversación por excelencia ahora mismo es la pandemia. Cada día es más incierto que el anterior y las nuevas medidas nos están pillando a todos por sorpresa pese a la crítica situación sanitaria en España. El hecho de que cada comunidad autónoma imponga leyes y restricciones diferentes tampoco tranquiliza a la población, pero sin duda hay una gran preocupación ahora mismo: el posible confinamiento domiciliario.
Si buscas ‘confinamiento’ en Google las noticias son de los más dispares. Algunos políticos y expertos opinan que es inevitable, mientras que otros afirman con firmeza que no llegaremos a ese punto. Sin embargo, el Gobierno ha preparado un borrador en el que se plantea un posible confinamiento domiciliario si los contagios no bajan en las próximas semanas.
“Si vemos que en los próximos días las medidas no son suficientes, tendremos que pedir al Gobierno español que se plantee esta posibilidad”, afirmaba el secretario general del Departamento de Salud, Marc Ramentol, dejando claro que Cataluña es una de las comunidades abierta a esta nueva medida. Sin embargo, la intención es que el confinamiento no sea tan estricto como el que vivimos entre marzo y abril.
La población ha reaccionado con tristeza, ansiedad o preocupación. Pero, ¿qué podemos hacer para mantener la calma y que esta noticia no nos destroce psicológicamente?
La incertidumbre y el desconocimiento son el caldo de cultivo ideal para que surjan bulos. Por eso es importante limitar la información a fuentes oficiales o medios de comunicación fiables.
Si quieres conocer las últimas medidas políticas o legales, el BOE (Boletín Oficial del Estado) cuenta con un apartado sobre las normas aplicables actualmente en relación con el coronavirus.
Si quieres informarte sobre la evolución de la COVID-19, los estudios sobre fármacos y los síntomas o secuelas de la enfermedad, lo ideal es recurrir al Ministerio de Sanidad o a la página web de la OMS (Organización Mundial de la Salud).
La situación sanitaria ha provocado un ambiente de irritabilidad y una fuerte polarización política. Esto es palpable en las redes sociales.
Cuando alguien publica un mensaje intolerante, irrespetuoso o que ataca a la libertad o derechos de un colectivo, es mejor no entrar al trapo porque:
Esto es aplicable también a las discusiones en los grupos de WhatsApp. Asúmelo: no vas a hacer que tu insoportable tío cambie de opinión mediante insultos.
¿Te acuerdas cuando en marzo la gente fue a comprar papel higiénico como si hubiese una guerra nuclear? Y quien dice papel higiénico dice guantes, gel hidroalcohólico o harina para hacer pan casero. Poco después, muchos descubrieron que los supermercados tienen stock y que no se iba a acabar nada si compraban con moderación. Dio igual, porque el clima de histeria colectiva ya había calado muy hondo.
Normalmente estas conductas tan extremas se asocian a los bulos. Ves una foto en Twitter de un carro de la compra lleno de papel higiénico y te piensas que se va a acabar. Por eso es importante mantener la calma y animar a tus amigos y familiares a actuar de forma reflexiva.
Durante el anterior confinamiento todos teníamos tres objetivos claros: mantener la calma, no descuidar nuestro hábitos de salud y salir fortalecidos. Desgraciadamente muy pocos cumplieron estos propósitos.
Si tú eres una de las personas que no lograron sus objetivos, párate a pensar por qué. Algunas posibles razones son:
Si bien son solo algunos ejemplos, pueden ayudarte a entender qué falló entonces y qué puedes mejorar ahora mismo.
Utiliza mascarillas, evita acudir a reuniones multitudinarias y no te expongas a situaciones peligrosas, aunque tengas menos de 30 años y te sientas invulnerable.
En primer lugar, los jóvenes también pueden contagiarse y desarrollar complicaciones graves. En segundo lugar, está en manos de los que estudian y trabajan reducir al máximo el riesgo de contagio para poder proteger a las personas mayores de su círculo.
Pero recuerda que protegerse no solo es algo físico, sino también mental. Es normal que estés preocupado por tus padres, que son mayores, o por tu pareja que vive sola en una ciudad donde no conoce a nadie. Pero para poder ayudarles, tienes que prestar atención a tus necesidades emocionales. No descuides tu salud mental y si necesitas ayuda, ponte en contacto con un psicólogo.