A lo largo de nuestra vida, las personas atravesamos diferentes tipos de pérdidas. El fallecimiento de un abuelo, la primera ruptura, amigos que toman un camino diferente al nuestro, despedirnos de nuestra mascota, perder un trabajo… Todas esas experiencias dan lugar a lo que los expertos denominan duelo.
Cuando pensamos en el duelo psicológico, lo primero que se nos viene a la cabeza es la muerte de un ser querido. Sin embargo, este proceso psicológico es mucho más complejo. Abarca la pérdida de algo importante para nosotros, ya sea una persona, un rol o incluso la vocación.
Su principal función es posibilitar el dolor. En otras palabras, para superar el duelo hay que aceptar las emociones en vez de reprimirlas o disfrazarlas. La tristeza, el enfado o la ansiedad pueden ser reacciones normales en un proceso de pérdida.
Por otro lado, el duelo psicológico nos ayuda a reconstruir nuestra historia sin aquello que hemos perdido. Por ejemplo, tras un fallecimiento, aprendemos a vivir una vida sin esa persona.
Pero lograr estos objetivos no es fácil. Según Elisabeth Kübler-Ross, psiquiatra especializada en cuidados paliativos, las personas atraviesan varias fases cuando pierden un ser querido o anticipan la muerte:
Como hemos dicho antes, al hablar del duelo psicológico solemos pensar en la muerte, pero hay otras pérdidas que pueden ser muy dolorosas.
La reactancia psicológica es un fenómeno que se produce cuando nuestra libertad se ve amenazada. Si no nos dejan hacer algo, dentro de nosotros surgirá un estado motivacional que nos impulsará a intentarlo con más fuerza.
El duelo por reactancia se produce cuando perdemos alguna libertad. Muchas personas han experimentado este estado durante la pandemia, sobre todo en los meses en que hemos estado confinados.
No poder llevar una vida normal o adaptarnos a las restricciones nos ha hecho sentirnos desmotivados, nerviosos, irritados y perdidos.
¿Cómo gestionar este duelo? En situaciones en las que nuestra libertad se ve amenazada de forma injusta (por ejemplo, si tu pareja es controladora), lo ideal es buscar otras relaciones que te ayuden a desvincularte y sentirte más independiente.
Si, por el contrario, la reactancia se debe a una situación social (por ejemplo, llevar mascarilla para no contagiar a los demás), es importante buscar metas supraordenadas. Esto significa pensar en el bien común en vez de en nuestras necesidades particulares. ¿Es incómodo llevar una tela pegada a la cara? Sí, pero estás protegiéndote a ti y a quienes te rodean.
Una ruptura puede provocar un sufrimiento semejante a la pérdida de un ser querido, especialmente cuando no estás de acuerdo y no quieres romper.
¿Cómo gestionar este duelo? El primer paso es dejar de obsesionarte. Está prohibido stalkear las redes sociales de tu ex todos los días, y si para ello debes bloquearle, hazlo sin reparos. Aunque hayáis quedado como amigos, tu salud mental es la prioridad.
En segundo lugar, busca actividades que te mantengan distraído. Queda con amigos, retoma viejos hobbies o haz algo de deporte para aumentar tu sensación de eficacia personal.
El fallecimiento de un ser querido, ya sea una persona o una mascota, provoca el duelo más conocido por todos y por norma general, el más doloroso.
¿Cómo gestionar este duelo? No tengas prisa para superar la pérdida. Hay gente que supera un duelo en meses y otros necesitan años, y eso no significa ni que unos sean más débiles ni que otros sean más fuertes.
También es recomendable hablar del tema y dejar que tus emociones fluyan. No pasa nada por llorar cuando recuerdas a tu ser querido.
En ocasiones pedir ayuda psicológica profesional puede ser necesario. Ir a terapia te ayudará a entender lo que estás viviendo.
Los roles son funciones que desempeñamos en nuestro día a día. Por ejemplo, el rol de hijo o hija, el rol de estudiante, el rol de pareja, el rol de trabajador, el rol de amigo, etc.
Cuando cambiamos de rol, podemos sentirnos desorientados y perdidos. Esto sucede mucho al terminar la universidad e independizarnos. Al acabar esta etapa, es difícil adaptarnos a las exigencias de la vida adulta.
¿Cómo gestionar este duelo? En este tipo de duelo es muy importante evitar las comparaciones, sobre todo de desconocidos. Recuerda que lo que ves en redes sociales es solo una pequeña parte de la vida de las personas.
Deja la vergüenza de lado y no temas pedir consejos y ayuda. Si sientes que tu nueva vida se te viene encima, puedes dejarte aconsejar por amigos, familiares o personas con más experiencia en determinados asuntos.
El duelo laboral se produce cuando o bien perdemos un trabajo, o bien experimentamos una sensación de fracaso en la vida académica. Por ejemplo, al suspender un examen, repetir curso o suspender una oposición.
¿Cómo gestionar este duelo? Aunque el trabajo o los estudios son una parte muy importante de nuestra vida, debemos recordar que nuestra valía va más allá de esos aspectos. Basar nuestra autonomía en lo productivos que somos, en el salario que tenemos o en las notas que sacamos puede ser reforzante a corto plazo, pero a la larga sólo provocará una autoexigencia muy grande y frustración.
También es importante descansar tras un despido o un golpe académico. Por ejemplo, si te has presentado en marzo a los exámenes de formación sanitaria para médicos, enfermeros, psicólogos, biólogos, químicos y radiofísicos, y no tienes plaza, tómate como mínimo dos semanas de desconexión.