No importa si hace calor y sudas, si llueve o hace frío, ahora que sales a la calle con mascarilla es posible que la piel que llevas cubierta sufra irritaciones, rojeces o rozaduras que no sólo te hagan sentir incomodidad, sino que provoquen la aparición de dermatitis, sequedad, eccemas, e incluso rosácea y granitos, especialmente si tienes la piel grasa.
La mascarilla es un elemento añadido que impide la correcta transpiración de la piel, si a eso se añade el sudor por el aumento de las temperaturas, es muy posible que incluso puedan aparecer brotes de acné ya que la humedad aumenta la producción de sebo que puede provocar la obstrucción de los poros, facilitando la proliferación de bacterias y la aparición de granitos.
Es complicado evitar las rojeces por el roce, especialmente si tienes que llevar la mascarilla durante muchas horas puesta, en estos casos lo ideal es aplicar en la zona que está en contacto con la mascarilla una buena cantidad de vaselina pura o un stick antifricción de los que se usan para las rozaduras de los zapatos.
Para minimizar los efectos negativos que provoca la mascarilla en la piel, basta seguir varias reglas sencillas.
La primera, y una de las más importantes, es extremar la higiene facial: limpia y tonifica el rostro, evitando hacerlo con agua y jabón, para eliminar impurezas y equilibrar el pH de la piel. A continuación, aplica una crema hidratante adecuada para tu tipo de piel (grasa, mixta o seca), procurando elegir una de textura ligera que aporte antioxidantes y con gran capacidad para retener la humedad. Apuesta por ingredientes como el ácido hialurónico o el ácido láctico, que combaten los radicales libres y promueven la regeneración celular. Tampoco puedes olvidar la protección solar, aunque lleves media cara cubierta tienes la otra media expuesta a los rayos UV.
La segunda recomendación es evitar la base de maquillaje. Si no te ves sin un poco de tono en el rostro, elige una crema hidratante con color que se absorba rápido y permita que la piel transpire. Este consejo es particularmente importante si tienes la piel grasa ya que la suma de sudor, maquillaje y mascarilla puede promover la producción de grasa con la consecuente infección y posterior inflamación del folículo piloso.
En cuanto estés de vuelta en casa es fundamental limpiarse el rostro para eliminar cualquier resto de suciedad, sudor o, en su caso, maquillaje y es conveniente volver a hidratarlo con tu crema habitual.
Si tienes la piel grasa, utiliza un limpiador con ácido salicílico porque es un activo soluble en grasa que penetra en las capas más profundas de la piel y ayuda a controlar el sebo, los granitos y los puntos negros.
Antes de acostarte es recomendable utilizar cosméticos calmantes, que además ayuden a regenerar el manto lipídico y si es posible, que sean reparadores y nutritivos para que estimulen el metabolismo celular de la piel.
Para las zonas más sensibles o que estén en contacto permanente con la mascarilla, como el puente de la nariz, las mejillas y la parte posterior de las orejas, se pueden utilizar aceites reparadores como el de rosa mosqueta que contiene una alta concentración de antioxidantes que calman y protegen la piel de posibles agresiones externas, ayudando a regenerar las zonas más afectadas por las rozaduras.