Aragón ha notificado oficialmente la muerte de un niño por coronavirus. Así ha quedado reflejado en las estadísticas epidemiológicas que ha facilitado este jueves la Consejería aragonesa de Sanidad, según ha adelantado ABC. El niño tenía menos de 10 años de edad, según el registro que ha hecho constar en su informe el Ejecutivo autonómico. El director general de Salud Pública de Aragón, Francisco Javier Falo ha especificado que tenía una situación comprometida previa al virus. Hasta ahora, la región no había declarado ningún fallecido por Covid-19 menor de 40 años de edad. La mortalidad del coronavirus entre niños y jóvenes es muy excepcional, aunque los efectos en algunos casos puedan provocar complicaciones y haya provocado un número reducido de muertes -ligadas casi siempre a enfermedades previas- de menores. Pero de manera residual.
En este mismo sentido se ha explicado el caso de Aragón, que no debe crear una alarma social innecesaria. "No es habitual", ha dicho el director general de Salud Pública de Aragón respecto a la mortalidad por Covid-19 en niños. "La frecuentación en niños, y sobre todo en niños pequeños, es rara, muy infrecuente, pero se puede producir fallecimiento cuando hay circunstancias que lo propicien, como ha ocurrido en este caso", ha indicado Francisco Javier Falo.
Las investigaciones aceleradas que se están llevando a cabo sobre el coronavirus nos ofrece datos que desconocíamos hasta ahora. Se pensaba que el COVID-19 apenas afectaba a los más jóvenes, pero esa teoría está cambiando. Los niños y adolescentes tienen más complicaciones graves por COVID-19 de lo que se pensaba hasta el momento, según ha puesto de manifiesto un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad Rutgers (Estados Unidos) y que ha sido publicado en la revista 'JAMA Pediatrics'. No son el gran foco de contagios graves, cierto, que es en hombres mayores de 60 pero también se pueden contagiar con la enfermedad.
La Asociación Española de Pediatría (AEP) lanzaba a finales de abril una alerta interna a sus 14.000 sobre la “aparición de un número de pacientes pediátricos, caracterizados por un cuadro inusual de dolor abdominal, acompañado de síntomas gastrointestinales (diarrea/vómitos), con aceptable estado general pero que pueden evolucionar en pocas horas hacia un shock, con taquicardia e hipotensión, incluso en ausencia de fiebre. La mayoría de los casos de han detectado en niños en edad escolar o adolescentes”.
En esta nota interna la asociación informaba a los pediatras de todo el país de que los cuadros “suelen acompañarse de fiebre, eritrodermia e inyección conjuntival, solapándose con dos posibles entidades como la enfermedad de Kawasaki y un síndrome shock tóxico. Ante ello, la asociación considera “prioritario reconocer estos cuadros para derivar urgentemente a estos pacientes a un centro hospitalario”.