La lista de cosas que causan alergia es larga: polen, polvo, animales, alimentos… Pero, ¿sabías que existe también la alergia al frío? Esta rara urticaria se manifiesta a través de unos molestos síntomas que podemos identificar fácilmente y que aparecen en los meses de invierno en casos muy excepcionales. ¿Qué es y cómo puede tratarse?
La urticaria por frío es una reacción en la piel provocada por el frío, una reacción alérgica que tarda solo unos minutos en aparecer tras exponernos a las bajas temperaturas.
La alergia al frío es más probable en adultos jóvenes, aunque es una afección muy inusual, y generalmente la reacción es leve. Las personas que la sufren no pueden exponerse mucho tiempo en invierno ni bañarse en agua fría, por ejemplo, ya que los síntomas pueden agravarse bastante.
En la mayoría de los casos los síntomas son muy evidentes. La piel enrojece tras haber estado expuesto y aparecen ronchas y urticaria, aunque en los peores casos el frío puede provocar una importante caída de la presión arterial e incluso desmayos.
Si sospechas que sufres alergia al frío, es aconsejable consultar a un médico.
Generalmente, esta alergia se detecta y el tratamiento consiste en medidas preventivas, como evitar el agua y el aire fríos, y no tomar bebidas y comidas heladas. Además, es probable que el médico recete antihistamínicos, que anulan la respuesta natural del cuerpo al desencadenante de la alergia. Por último, es aconsejable mantener la piel hidratada para protegerla de esta urticaria.
En los casos en los que el especialista observe un mayor riesgo, podrá recetarle un EpiPen (una inyección de epinefrina, más conocida como adrenalina), que ayuda a estrechar los vasos sanguíneos para mantener la presión arterial y aumentar el flujo de aire en los pulmones.
Los síntomas del resfriado y la alergia pueden parecerse a primera vista, ya que la alergia al frío también puede producir secreción nasal, cansancio, dolor de garganta… No obstante el origen de los resfriados está en un virus, mientras que la alergia es una respuesta del sistema inmune a los alérgenos.
Por ello, si los síntomas se prolongan demasiado en el tiempo (los síntomas del resfriado suelen durar como mucho una semana), lo más probable es que se trate de una alergia y no de un catarro.