El Servicio de Nutrición de los hospitales Quirónsalud Infanta Luisa y Quirónsalud Sagrado Corazón, en Sevilla, precisa que para autorregular el organismo tras los excesos de las vacaciones se debe de recuperar los hábitos saludables y mantener una vida activa, sin necesidad de llevarlo "al límite" con dietas muy estrictas y restrictivas que, "en muchas ocasiones, se realizan sin ningún tipo de control y pueden resultar muy perjudiciales".
En este sentido, Ainhoa Romero, nutricionista del Hospital Quirónsalud Sagrado Corazón, recomienda hacer un cambio progresivo en los hábitos de alimentación para que la adaptación a una rutina de alimentación más saludable sea más llevadera. "Es importante evitar las restricciones totales en las primeras semanas tras las vacaciones, por lo que puede resultar interesante adaptar algunos productos o alimentos que han sido habituales en nuestra dieta durante el verano, haciéndolos más saludables, como los helados caseros de frutas", añade.
En relación con el mantenimiento de una rutina sana de alimentación, Inés Martín Pila, nutricionista del Quirónsalud Infanta Luisa, indica la importancia de "no saltarse el desayuno" como primera toma del día, independientemente de la hora, pero "cuando aún tengamos un hambre controlable, es decir, que no nos llegue a comer más cantidad de la realmente necesaria".
"Lo ideal sería algo de fruta, un lácteo como yogur o leche o incluso alguna bebida vegetal de calidad", señala la especialista, si bien explica que existe también la opción tradicional de tomar pan integral con tomate, aceite de oliva virgen y alguna fuente de proteína tipo queso tierno o fresco o algún derivado del cerdo o algo de fiambre, de manera más puntual.
En este punto, resalta con especial relevancia el huevo, ya que "enriquece muchísimo cualquier comida al ser una fuente de proteínas de gran calidad y tener un muy buen perfil lipídico". Otro aspecto relevante en esta época del año son las llamadas dietas détox.
Respecto a éstas, Martín Pila subraya que "no se puede lanzar una recomendación general sobre este tema, puesto que depende según para quién". A su juicio, "es una estrategia que debe estar muy bien planteada y que no se adapta a todos los pacientes". "Si llamamos détox a comer bien, de manera organizada, siguiendo un patrón de alimentación equilibrado, sin pasar hambre real, evitando los productos más superfluos, adelante; todos directos al plan détox", pero si, por el contrario, "llamamos medidas détox a pasar hambre, estar largos periodos de tiempo sin ingesta alguna con la finalidad de recortar energía de la dieta, llevando a cabo conductas compensatorias, dietas monótonas, aburridas y muy muy restrictivas, olvidémonos del détox, no nos traerá ningún beneficio", añade la nutricionista.
Las nutricionistas también resaltan la primordial tarea de mantener una buena hidratación para conseguir una piel sana tras las diferentes agresiones que sufre esta durante el verano. Asimismo, Ainhoa Romero Piedra, nutricionista del Sagrado Corazón, puntualiza que, en estos días, la piel está más deshidratada y envejecida, ya que en verano se expone a diferentes agresiones, como el calor, el sol, el agua de mar o el cloro de las piscinas que la estropean.
La alimentación puede ser muy importante para ayudar a tener una piel sana tras las vacaciones. Por ello, la especialista aconseja beber entre 2 y 2,5 litros de agua diarios, comer mucha fruta y verdura y tomar alimentos antioxidantes para frenar el envejecimiento celular, como son las uvas, los arándanos, las manzanas o las espinacas, entre otros alimentos.
Con el final del verano, muchas personas deciden volver a sus rutinas físicas después de un periodo de descanso pero, tras semanas o incluso meses de inactividad, es fundamental hacerlo de forma gradual y cuidadosa para evitar lesiones y aprovechar al máximo los beneficios de una vida activa, señalan fisioterapeutas especialistas en deporte de la Escuela de Enfermería y Fisioterapia San Juan de Dios-Comillas (EUEF).
El primer paso para volver a la rutina es realizar una evaluación física para adaptar el entrenamiento a las necesidades y capacidades individuales. El fisioterapeuta y profesor de Fisioterapia Deportiva en la Escuela de Enfermería y Fisioterapia San Juan de Dios- Comillas (EUEF), Miguel Mendoza, destaca que "la inactividad física prolongada puede provocar una serie de cambios sobre las capacidades físicas de los individuos, en relación a la resistencia, fuerza, flexibilidad, coordinación y/o equilibrio".
Por ello, insta a una evaluación previa, ya sea por un profesional del deporte si no hay lesiones previas, o por un fisioterapeuta en caso de antecedentes de lesiones. Esta evaluación permite personalizar el programa de ejercicios, lo que "ayudará a adaptar el programa de ejercicio a las condiciones físicas concretas del individuo", evitando así sobrecargas que podrían llevar a lesiones.
Para quienes buscan retomar su rutina de ejercicio, es importante empezar con actividades de bajo impacto que no sobrecarguen el cuerpo. El también fisioterapeuta y profesor de Fisioterapia Deportiva en la EUEF, Joaquín Zambrano, recomienda que "las actividades cardiovasculares ligeras y de bajo impacto, como caminar, nadar, carrera suave o montar bicicleta, son ideales".
Estas actividades ayudan a mejorar la resistencia sin ejercer demasiada presión sobre las articulaciones. En cuanto al entrenamiento de fuerza, Zambrano sugiere comenzar con ejercicios utilizando el peso corporal o pesos ligeros, ya que "es una buena manera de fortalecer los músculos sin riesgo de lesiones".
La prevención de lesiones es un aspecto esencial al retomar la actividad física tras un periodo de inactividad. "Si se comienza una actividad física de forma brusca y sin evaluar el estado físico, las estructuras músculo-esqueléticas pueden verse afectadas en su estructura y función, aumentando el riesgo de lesiones", explica la coordinadora de Fisioterapia y Rehabilitación del Hospital Universitario San Rafael, Ana Belén Jiménez.
Además de prevenir lesiones, la fisioterapia puede optimizar el rendimiento deportivo. Jiménez destaca que "para un deportista, lo más importante es rendir al máximo posible en su actividad, sin fatigarse en demasía, sin lesiones asociadas a la práctica deportiva y con ejercicios que sean óptimos y eficientes".
Por tanto, la fisioterapia se convierte en un aliado esencial para alcanzar estos objetivos. La fisioterapia aborda tanto la parte ósea como miotendinosa del cuerpo, permitiendo que el deportista alcance el máximo rango articular de forma simétrica, lo cual es vital para prevenir lesiones. Además, se diseña una rutina de entrenamiento personalizada que respeta los tiempos de descanso y recuperación muscular, lo que permite una adaptación progresiva del cuerpo al ejercicio.
Así, según Jiménez, "la fisioterapia no solo es importante para conseguir un rendimiento deportivo óptimo, sino que es casi imprescindible" ya que prepara al cuerpo para los cambios que impone la práctica deportiva y previene futuras lesiones, ayudando a los deportistas a mantener su nivel y avanzar en su disciplina con seguridad.
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