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El calor extremo que estamos soportando durante este verano, aparte de afectar a nuestra salud, también afecta a nuestros medicamentos. Hecho que a veces se nos olvida y hace que no tengamos cuidado con su conversación. ¿Qué pasa si no los mantenemos correctamente?
A algunos, el calor puede afectar en su composición química o en su estructura física. Si sucede lo primero, el principio activo se daña por lo que perderá parcial o totalmente su eficacia.
También puede suceder que su estructura se vea afectada o el modo de presentación del medicamento, lo que provocará de que a pesar de su principio activo esté bien, no se pueda aplicar porque su formato ha cambiado.
Un ejemplo de estos son los supositorios, en los que su la base grasa que los conforma se derrite e impide su aplicación. También sucede con los óvulos vaginales y cremas. "Es conveniente comprobar la apariencia exterior del producto y desecharlo en caso de que presente un aspecto anormal", indica el Servicio de Salud de Castilla-La Mancha en su página web.
Antes de que un medicamento reciba el visto verde para su comercialización, son sometidos a estudios de estabilidad. La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), según los resultados de estos análisis, agrupa a los medicamentos por su sensibilidad al calor en tres grandes grupos.
Estos medicamentos se suelen conservar en el frigorífico. Se trata de medicinas de composición química compleja en la que uno de los componentes se vuelve reactivo a altas temperaturas.
En este grupo están las vacunas, las insulinas, algunos colirios, hormonas de crecimiento y ciertos antibióticos. Estos son algunas recomendaciones que debes tener en cuenta, y que vienen determinada en el embalaje de estos medicamentos:
En el caso de estos medicamentos, tienen un límite de temperatura máximo al que pueden estar expuesto: 25-30ºC. No obstante, rebasar puntualmente (algunos días o algunas semanas) estas temperaturas no tiene consecuencia sobre la estabilidad o la calidad del medicamento. Recomendaciones:
También hay un grupo de medicamentos que mantienen sus propiedades incluso a temperaturas de 40º durante meses. En estos casos, se pueden almacenar sin problema en las condiciones habituales de conservación (normalmente armarios ventilados).
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