Un informe llevado a cabo por la oficina de la Organización Mundial de la Salud de Europa y el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés), apunta que entre 2020 y 2022 se produjeron casi 7.000 muertes adicionales por tuberculosis en la región europea de la OMS, en comparación con lo que los expertos habían previsto basándose en estimaciones anteriores a 2020.
Según el estudio, este aumento de la mortalidad fue resultado directo de la pandemia del coronavirus y no habría ocurrido si los esfuerzos de diagnóstico y tratamiento de la tuberculosis no se hubieran visto interrumpidos durante la crisis sanitaria.
Con el covid disparándose en esos momentos tan dramáticos, los hospitales se vieron saturados, sufriendo un importante colapso pese al titánico esfuerzo de sus sanitarios. En esas condiciones, muchas otras patologías se vieron perjudicadas, produciéndose retrasos no solo en las citas e intervenciones, sino también en el diagnóstico de enfermedades.
Sumándose a las advertencias de los epidemiólogos sobre el cambio de tendencia al alza en la incidencia de tuberculosis, el informe, --que se publica anualmente en anticipación al Día Mundial de la Tuberculosis, que precisamente se celebra el 24 de marzo de 2024--, incide en la necesidad de seguir trabajando para prevenir la enfermedad.
"Nuestro último informe revela una situación desgarradora y totalmente prevenible: las personas afectadas por la tuberculosis no estuvieron protegidas durante la pandemia y 7.000 perdieron la vida innecesariamente debido a las interrupciones en los servicios de tuberculosis", ha afirmado el doctor Hans Henri P. Kluge, director regional de la OMS Europa.
Del mismo modo, la directora del ECDC, la doctora Andrea Ammon, ha asegurado que "tras la pandemia de covid-19 todavía queda un largo camino por recorrer para alcanzar los objetivos de eliminación de la tuberculosis".
"El fortalecimiento oportuno de la prevención, las pruebas y el tratamiento son elementos clave en la lucha contra la tuberculosis y cualquier retraso se traduce en más sufrimiento y muerte", ha señalado, pidiendo que los países actúen ahora para "poner fin" a la “epidemia”.
El informe también revela la prevalencia de la tuberculosis resistente a los medicamentos sigue aumentando, por lo que la OMS insta a las autoridades nacionales a fortalecer los programas de pruebas de tuberculosis, diagnosticar rápidamente y a aplicar las últimas directrices de la organización sanitaria.
A este respecto, los datos recogidos muestran, no obstante, un mayor número de diagnósticos en comparación con el año anterior.
En 2022, 38 de los 53 Estados miembros de la OMS Europa informaron de un aumento de las notificaciones de tuberculosis. El número total global alcanzó más de 170.000 casos (de más de 166 000 casos en 2021), de los cuales más de 36.000 se notificaron en la Unión Europea o el Espacio Económico Europeo (EU/EEE)--de más de 33 500 en 2021--.
Sobre ello, señalan que es probable que estas cifras crecientes sean una indicación positiva de que, en muchos países, los servicios de tuberculosis se están recuperando de las complicaciones de la pandemia de covid-19 y se está diagnosticando y tratando a más personas. También es probable, dicen, que refleje que la región se está poniendo al día con los diagnósticos retrasados debido a las perturbaciones relacionadas con la pandemia.
Por otro lado, los expertos no dejan de manifestar su preocupación en lo que se refiere a la resistencia a los medicamentos: de media, solo 6 de cada 10 tratamientos contra la tuberculosis que utilizaron medicamentos de primera línea lograron curar la infección en los países de la UE y el EEE, mientras que, en general, en la región europea, 7 de cada 10 tratamientos contra la tuberculosis curaron la infección de los pacientes.
Estas son las tasas más bajas en una década, lo que indica, según señalan, posibles problemas con el cumplimiento del tratamiento y probables lagunas en el seguimiento de los resultados del tratamiento. Si se planifica y lleva a cabo adecuadamente, el tratamiento de la tuberculosis debería tener éxito en aproximadamente 9 de cada 10 pacientes infectados con cepas que responden a los antibióticos rifampicina e isoniazida.
Además, también preocupan los signos de que el tratamiento de la coinfección por tuberculosis y VIH no es óptimo. Solo el 48 por ciento de los pacientes con tuberculosis y VIH en la región europea de la OMS y el 54 por ciento en la UE/EEE que iniciaron el tratamiento contra la tuberculosis en 2021 se habían curado.
En esta situación, y con el objetivo de acelerar los esfuerzos para alcanzar los objetivos finales de tuberculosis, la OMS y el ECDC recomiendan intensificar los esfuerzos para encontrar y tratar activamente los casos faltantes de tuberculosis fortaleciendo las pruebas, poniendo las opciones de tratamiento preventivo a disposición de todos aquellos que las necesitan; y la plena implementación de regímenes de tratamiento actualizados, breves y totalmente orales.
Analizando los datos recabados, el informe apunta que en 2022 se estimó que la prevalencia del VIH en casos incidentes de tuberculosis era del 12 por ciento, con aproximadamente 28.000 casos de coinfección en la región.
En la UE y el EEE, hubo 13.436 casos de tuberculosis con estado serológico conocido, de los cuales casi el 4 por ciento fueron declarados seropositivos.
Según los resultados del informe, una de cada cinco personas con coinfección por VIH y tuberculosis en la Región de Europa no estaba recibiendo terapia antirretroviral (TAR) en absoluto. Sin embargo, el panorama está lejos de ser completo; solo 20 países proporcionaron información sobre la adopción de TAR para el VIH entre pacientes con tuberculosis y sólo tres de ellos estaban en la UE/EEE. Por tanto, se necesitan esfuerzos continuos para mejorar la notificación de la coinfección por VIH.
De este modo, inciden, monitorizar el progreso hacia las metas del nuevo plan de acción contra la tuberculosis para la Región Europea de la OMS 2023-2030 es un desafío debido a la información limitada o nula sobre algunos indicadores.
Solo 20 de los 30 indicadores descritos en el plan de acción fueron evaluados. "Existe una clara necesidad de que todos los países de la Región, incluidos los de la UE y el EEE, se centren en mejorar los datos, hacerlos más representativos y completos, y utilizar diferentes fuentes para complementar la información de vigilancia existente", se recoge en el informe.
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