Los científicos temen que el virus del ciervo zombie se extienda a humanos: qué es

Los científicos, tras la experiencia del covid, tienen miedo al virus del ciervo zombie. La alarma de la comunidad científica ha saltado a raíz de que el Parque Nacional de Yellowstone, ubicado en Wyoming, Montana e Idaho, notificase la reaparición de esta enfermedad detectada por primera vez en los años sesenta.

Por el momento, el virus no ha pasado las fronteras de Estados Unidos, pero se ha expandido por más de una treintena de estados en del país norteamericano. Preocupa su expansión a otros países como Canadá o Corea del Sur. No existen vacunas ni tratamientos contra la caquexia crónica, conocida popularmente como virus del ciervo zombi.  Debido a los trastornos neurogenerativos que provoca, los animales afectados pueden presentar diversos síntomas como descoordinación motora, pérdida de peso drástica, apatía y otras manifestaciones neurológicas.

"El brote de EEB (vacas locas) en Gran Bretaña proporcionó un ejemplo de cómo, de la noche a la mañana, las cosas pueden volverse caóticas cuando ocurre un evento de contagio, por ejemplo, del ganado a las personas", ha explicado Cory Anderson, codirector del programa del Centro de Investigación y Política de Enfermedades Infecciosas, a The Guardian.

"Nadie dice que esto vaya a suceder definitivamente, pero es importante que la gente esté preparada", ha manifestado el experto al alertar de que la enfermedad es "invariablemente mortal, incurable y altamente contagiosa".

"La preocupación se debe a que no tenemos una manera fácil y eficaz de erradicarlo, ni de los animales que infecta ni del medio ambiente que contamina", ha explicado.

Por ahora no hay ninguna evidencia ni prueba de que el virus del ciervo zombi pueda transmitirse a humanos, aunque el Parque Nacional de Yellowstone recomienda no consumir animales con la enfermedad. 

 "Puede estar evolucionando, y podría ser cuestión de tiempo antes de que un prión evolucione y sea capaz de infectar a un humano", sentenció Mark Zabel, director del Centro de Investigación Prion en la Universidad Estatal de Colorado en 2018, cuando los casos eran mucho menores.