El cuidado de las uñas no solo es recomendable para la salud e higiene personales, sino que además se ha convertido en un negocio muy lucrativo para los centros especializados en esta parte del cuerpo. Sin embargo, hay ocasiones en las que las uñas comienzan a ponerse amarillas sin que sepamos a qué se debe ese aparente deterioro.
Y aunque es algo que le ocurre a casi todo el mundo en algún momento de su vida, no por ello deja de suponer una fuente de preocupación. Así que lo más adecuado es conocer el origen de que las uñas amarilleen repentinamente.
Existen diversas razones para que las uñas se pongan amarillas. Las más destacadas son las siguientes:
Uso abusivo de algunos esmaltes. Uno de los motivos más habituales de que las uñas se vuelvan amarillas es el uso frecuente de esmaltes de uñas, especialmente los tonos oscuros. Los pigmentos que se encuentran presentes en estos esmaltes pueden dejar residuos que, con el tiempo, tienden a causar esa molesta decoloración.
Fumar. No cabe duda de que el tabaco es uno de los hábitos más negativos que puede tener una persona. Y esto puede repercutir en la apariencia de las uñas. Los productos químicos presentes en el humo del tabaco pueden provocar una coloración amarilla.
Deficiencias Nutricionales. Por otra parte, si faltan algunos nutrientes esenciales como el zinc, el hierro o la vitamina E, también puede verse afectada la salud de las uñas. En este caso –y como regla general para cualquier aspecto de nuestra vida– conviene mantener una dieta equilibrada y rica en vitaminas y minerales.
Traumatismos físicos. Otro de los orígenes de las uñas amarillas es tener algún tipo de lesión, es decir, haber recibido algún golpe que la haya dañado.
Enfermedades subyacentes. Por otro lado, algunos problemas de salud pueden provocar que las uñas amarilleen. Es el caso de enfermedades como la hepatitis o la ictericia. A esto hay que añadir algunos problemas respiratorios crónicos que provocan la falta de oxígeno en el cuerpo.
Infecciones fúngicas. Finalmente, un origen probable de que las uñas se pongan amarillas es la aparición de hongos, los cuales provocan que se debiliten, se agrieten o se desprendan.
¿Qué es la onicomicosis?
En cuanto a la última de las razones que pueden provocar que las uñas se pongan amarillas, cabe señalar que se trata de un trastorno llamado onicomicosis. Según la Revista Terapéutica del Ministerio de Sanidad, “las onicomicosis son infecciones de las uñas producidas por tres tipos de hongos: dermatofitos, levaduras y mohos no dermatofitos”. Esta proliferación de hongos suele darse más habitualmente en las uñas de los pies y una de las consecuencias es que se tornen amarillentas.
No obstante, también pueden darse en las manos –depende del tipo de hongo–. “La infección de las uñas por las levaduras (Candida) se manifiesta en forma de paroniquia crónica (inflamación alrededor de la uña) de los dedos de las manos y produce secundariamente infección de la uña”, explican en el Hospital del Mar de Barcelona, a lo que añade: “La afectación de la uña se presenta en forma de estriaciones, decoloración amarillenta y onicolisis. Esta infección es más frecuente en mujeres que manipulan agua y alimentos, dado a que el ambiente húmedo propicia la proliferación de estas levaduras”.