Tartamudez: qué es, cuáles son las causas y en qué momento se debe consultar a un médico

Este domingo, como cada 22 de octubre, se celebra el día internacional de la tartamudez, un trastorno de la comunicación que se determina por interrupciones de forma involuntaria del habla unido a tensión muscular en cuello y cara, además de estrés y miedo. Según la Fundación Española de la Tartamudez, en España hay alrededor de 800.000 personas.

Las personas que tartamudean saben lo que quieren decir pero tienen dificultades para manifestarlo, apunta la Clínica Mayo. De este modo, repiten o prolongan una palabra, una sílaba, una consonante o una vocal. Además, pueden hacer pausas al llegar a un término o sonido problemáticos.

Síntomas de la tartamudez y qué la provoca

La tartamudez, conocida también como disfemia, es frecuente en los pequeños como un aspecto habitual del aprendizaje del habla. Es posible que los niños tartamudeen entre los dos y los cinco años, cuando sus capacidades del habla o del lenguaje no se han desarrollado lo suficiente como para seguir el ritmo de lo que quieren expresar.

La mayoría de los menores supera dicha tartamudez durante el desarrollo. Sin embargo, a veces, es un trastorno crónico que persiste hasta la edad adulta. En ese momento, puede afectar a la autoestima y a las interacciones con otras personas.

Los síntomas habituales de la disfemia, según indica la Clínica Mayo, son dificultad para comenzar una palabra, frase u oración, repetición o prolongación de un sonido o una palabra, silencio breve para ciertas sílabas o pausas dentro de un término, empleo de palabras adicionales como "eh...." en caso de dificultad para continuar con la siguiente palabra, tensión excesiva, rigidez o movimiento del rostro o la parte superior del cuerpo para pronunciar una palabra, ansiedad por hablar y/o capacidad limitada para comunicarse efectivamente.

Las dificultades del tartamudeo pueden ir acompañadas de parpadeo rápido, temblor de los labios y la mandíbula, tics faciales, movimientos de cabeza y puños cerrados. Por cierto, los hombres son mucho más propensos a tartamudear que las mujeres.

La tartamudez puede empeorar cuando la persona está emocionada, cansada o estresada, o cuando se siente cohibida, apurada o presionada. Ciertas situaciones, como hablar en frente a un grupo o hablar por teléfono, pueden ser particularmente complicadas.

Los investigadores continúan estudiando las causas de fondo de la tartamudez durante el desarrollo de las personas, pudiendo ser posible que intervengan varios factores. Las causas que menciona la Clínica Mayo son:

  • Anomalías en el control motor del habla. Algunas pruebas matizan que pueden intervenir anomalías en el control motor del habla, como la coordinación temporal, sensorial y motora.
  • Genética. El tartamudeo tiende a ser hereditario. Aparentemente, la tartamudez puede producirse a causa de anomalías hereditarias (genéticas).

El diagnóstico está a cargo de un profesional de salud capacitado en la evaluación y tratamiento de niños y adultos con trastornos del habla y del lenguaje (logopeda). Después de que el profesional realice una evaluación exhaustiva, puede tomarse una decisión acerca de cuál es el mejor enfoque de tratamiento.

Por otra parte, aunque se probaron algunos medicamentos para tratar la tartamudez, subraya la mencionada clínica, todavía no se ha comprobado que sean efectivos para solucionar el problema.