Se suele decir que el desayuno es la comida más importante del día, ya que según los expertos marca el ‘tono’ del día, permitiéndonos comenzar nuestra actividad con un chute extra de energía, haciendo que nuestro metabolismo comience fuerte desde primera hora. De hecho hay gente que incluso sufre de jaquecas, bajones de azúcar y problemas de concentración si tienen que saltarse el desayuno.
Sin embargo con el auge de la llamada dieta del ayuno intermitente muchos se preguntan si saltarse el desayuno es una opción viable y sana. No olvidemos que con este régimen solo se permite comer durante 8 horas al día, seguidas de 16 horas más de ayuno. Con simples matemáticas vemos que es literalmente imposible encajar desayuno, comida y cena dentro de estas limitaciones horarias, por lo que se suele optar por dejar fuera la primera comida del día.
Pues tenemos buenas y malas noticias, ya que parece que saltarse el desayuno por las mañanas puede tener tanto efectos negativos, como positivos para nuestros cuerpos.
Los efectos negativos de no desayunar
Primero vamos a explorar las consecuencias menos positivas o, directamente, negativas de saltarse la primera comida del día, independientemente del motivo por el que tomemos esta decisión.
Según un estudio no desayunar hace que los hombres tengan un 27% mas de posibilidades de sufrir un infarto. Esto es porque al hacerlo se tiende a la hipertensión, lo que aumenta el riesgo de tener problemas de corazón.
La Universidad de Harvard ha publicado un estudio en el que afirma que las mujeres que se saltan el desayuno tienen un 54% de mayor riesgo a la hora de desarrollar diabetes de Tipo-2.
Posibilidad de ganar peso extra, ya que al no desayunar aumentan los niveles hormonales y de cortisol -que es la hormona del stress-, haciendo que cuando llegue el momento tendamos a comer más compulsivamente.
El déficit calórico puede perjudicar tus funciones cognitivas. Al menos esa es la conclusión a la que ha llegado un estudio sobre adolescentes de 12 a 15 años, que demostró que los que desayunan mostraban mayor agudeza visual, mientras que los que no tenían peor concentración.
Diversos estudios sobre el metabolismo concluyen que los que desayunan tienen un metabolismo más activo y acelerado que los que simplemente pasan de esta comida.
No desayunar también tiene otro curioso efecto negativo, y es que hace que las resacas tras salir de fiesta sean aún peores, al hacer que nuestros niveles de azúcar se reduzcan, lo que hace que las nauseas y el dolor de cabeza crezcan.
Por supuesto, el otro lado de la ecuación también está repleto de puntos a favor de la idea de que desayunar no es necesario y que resulta hasta positivo para nuestra vida.
Posibilidad de bajar de peso si controlas el rebote del hambre. Se ha demostrado que no desayunar ayuda a reducir el tejido adiposo, lo que mejora la salud.
No desayunar ayuda de prevenir el cáncer, ya que se reducen las células ineficientes del organismo a través de la autofagia.
Ayuda a que las bacterias buenas proliferen, eliminando las malas, además de ayudar a que nuestro cuerpo produzca hormona del crecimiento, lo que quema grasa y mejora la masa muscular.
Reducir el envejecimiento es también otro de los posibles efectos de saltarse el desayuno y, más en concreto, del proceso de autofagia, ya que ayuda a eliminar impurezas y otras células innecesarias.
Como vemos, hay efectos positivos y negativos de la decisión de no desayunar, por lo que no hay una máxima absoluta sobre si es bueno o malo desayunar. Cada uno debemos tomar nuestras propias decisiones en función de los objetivos que tengamos. ¿Vas a seguir desayunando después de leer esto?