La cultura vitivinícola española se encuentra entre las más importantes del mundo, lo que se traduce en el amor que muchas personas tienen por el vino. Hay quienes prefieren los vinos tintos, mientras que otros consideran que no hay nada mejor que un buen vino blanco. Sea como fuere, ambas son buenas opciones -junto a los rosados-, pero ¿cuál es más saludable?
De acuerdo con el informe de seguimiento del consumidor que la Interprofesional del Vino de España (OIVE), casi la mitad de los encuestados tomaron vino tinto (49 %) en su último consumo, frente a un tercio que tomó vino blanco (34 %). Esta prevalencia de consumidores de vino tinto probablemente no tenga nada que ver con las propiedades saludables que esta bebida alcohólica pueda proporcionar al organismo, sino en el simple placer de tomarla.
En este sentido, lo primero que debemos preguntarnos es si beber vino puede resultar saludable. A fin de cuentas, se trata de una bebida que contiene alcohol y, por lo tanto, no solo contiene calorías vacías, sino que además puede afectar a algunos órganos importantes. “La presencia continuada de alcohol en el organismo y su consumo repetido es responsable de la mayoría de las lesiones que esta sustancia produce en nuestro cuerpo, como la cirrosis hepática o las encefalopatías en las que el funcionamiento de hígado y cerebro se ve gravemente alterado”, explican en el portal del Ministerio de Sanidad.
Así pues cuando hablamos de beneficios del vino tinto o vino blanco, lo hacemos de una ingesta muy moderada, al menos si atendemos a lo que Rioja Salud expone en su web: “El vino tomado con moderación es beneficioso para la salud ya que reduce el riesgo de mortalidad global en hombres y mujeres de todas las edades, comparado con el de los abstemios. Estos efectos se atribuyen a una acción protectora sobre la hipertensión, diabetes, obesidad, perfil lipídico y sistema de coagulación. El consumo de vinos blanco y tinto mejora el metabolismo de la glucosa y aumenta el colesterol beneficioso (HDL) en pacientes diabéticos. Su ingesta moderada se asocia a una mayor longevidad y reduce el riesgo de deterioro cognitivo y de demencia. En el caso de los hombres se recomiendan dos copas de vino al día y en el de las mujeres, entre una copa o copa y media”.
Eso sí, no todos están de acuerdo con estas afirmaciones. “El organismo de la Organización de las Naciones Unidas especializado en gestionar políticas de prevención, promoción e intervención en salud a nivel internacional, deja muy clara cuál es su opinión sobre el alcohol: no existe una cantidad mínima de alcohol que se pueda considerar como segura o beneficiosa para la salud de las personas”, publicaban en 2020 en el Hospital Ochoa.
Partiendo de la base de que solo un consumo muy moderado puede proporcionar un efecto beneficioso para el organismo, cabe preguntarse por si el vino tinto es más sano que el blanco o viceversa. En este caso, lo primero que hemos de apuntar es que cuanto más joven sea un caldo, más azúcar tendrá, con lo que aportará más calorías.
Por otro lado, también hay que señalar que las propiedades nutricionales de los vinos tintos y blancos son muy similares, así como las calorías que aportan al organismo. La mayor diferencia juega a favor de los tintos, ya que suelen incluir en su elaboración más cantidad de semillas y piel de la uva, lo que implica una mayor cantidad de resveratrol, un compuesto fenólico que aporta efectos antioxidantes y propiedades antiinflamatorias.
“El resveratrol podría ayudar a prevenir el daño a los vasos sanguíneos, reducir el colesterol de las lipoproteínas de baja densidad (colesterol malo) y prevenir los coágulos sanguíneos. Sin embargo, los estudios sobre el resveratrol son desiguales. Algunas investigaciones muestran que el resveratrol podría estar relacionado con un menor riesgo de inflamación y coagulación de la sangre, lo que puede reducir el riesgo de enfermedad cardíaca. Pero otros estudios no encontraron beneficios del resveratrol para la prevención de enfermedades cardíacas”, argumenta Mayo Clinic al respecto.
Los beneficios antioxidantes del vino no deben enmascarar que el consumo de cualquier bebida alcohólica ha de ser moderada. “El consumo de riesgo de alcohol es el que aumenta las probabilidades de tener problemas de salud en un futuro (cáncer, hipertensión arterial, enfermedades hepáticas, etc.). Por otro lado, consumir bebidas alcohólicas de manera intensiva aumenta la probabilidad de verse implicado o implicar a terceros, en un accidente o en una pelea. Por lo que este tipo de consumo intensivo, también es de riesgo para la salud”, expone el Ministro de Sanidad.