La ola de calor que está achicharrando a España es la cuarta este año. Las altas temperaturas afectan a toda la población, pero no a todos por igual. Las personas mayores, niños y enfermos crónicos suelen sufrir más los efectos negativos, y varios estudios demuestran, además, que no es igual el perjuicio a la salud en hombres y mujeres. Ellas se ven más afectadas, pero ¿por qué?
Un estudio del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) publicado hace unos años advertía de que el número de muertes provocadas por las olas de calor aumentará en los próximos 50 años, sobre todo en regiones tropicales y subtropicales, si no se llevan a cabo medidas de adaptación a este calentamiento del planeta.
Las olas de calor son cada vez peores y más frecuentes en España. El año pasado tuvimos el verano con más días de ola de calor registrado, con un total de 41. Teniendo en cuenta que la estación tiene unos 93 días, 41 son muchos. Si bien este año las olas de calor han sido más cortas, también han sido más numerosas. Hemos tenido cuatro hasta el momento, y aún queda un mes de verano, lo cual quiere decir que podríamos igualar el récord de 2017, cuando tuvimos 5 olas de calor.
Según un estudio de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), este tipo de fenómenos son 10 veces más frecuentes en España en la actualidad que a principios del siglo pasado. No obstante, la población española ha mostrado una gran capacidad adaptativa a las oscilaciones térmicas, disminuyendo la mortalidad de los enfermos cardiovasculares en casi un 40% en las últimas cuatro décadas. Sin embargo, este mismo estudio advierte que el calor mata a más mujeres que a hombres.
Otra investigación, del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), demostró que el número de muertes por enfermedades cardiovasculares atribuibles al frío y al calor han descendido un 38% a lo largo de los últimos 40 años. Pero no lo ha hecho de igual manera en ambos sexos.
Este estudio, publicado en The Lancet Planetary Health, analizó de forma detallada el impacto de las temperaturas cálidas sobre la mortalidad por sexo y edad, aportando diferencias notables en función de cada género. La mortalidad cardiovascular atribuible al calor en el periodo 2002-2016 se redujo en más de un 42% entre los hombres y un 36% entre las mujeres en comparación con el periodo 1980-1994. ¿Por qué esta diferencia?
Los autores analizaron las posibles causas de esta diferencia en la mortalidad en ambos sexos, y parece la hipótesis que más sentido tiene es que tiene que ver con factores fisiológicos como la termorregulación.
"Leyendo literatura médica hemos podido observar que los mecanismos que desencadenan el sudor necesitan de un mayor umbral de temperatura en el caso de las mujeres", comentaba uno de los autores.
El sudor es, recordemos, una función esencial que ayuda al cuerpo a permanecer fresco. La piel transpira y de esta manera expulsa calor interno, y al mismo tiempo el sudor se evapora, lo que hace que la piel se enfríe. Así, nuestro cuerpo logra reducir su temperatura interna. Si esta llega a ser muy elevada, podemos sufrir los síntomas habituales del golpe de calor.
Otro de los datos reveladores es que el riesgo de mortandad atribuible al calor se incrementa de manera significativa en edades más avanzadas, pero en el caso del frío solo lo es para el género masculino. "Es un resultado desconcertante", subrayan los investigadores. "Es más difícil de explicar y habría que analizarlo más a fondo. El calor mata de una forma y el frío, de otra", decían.