Un estudio coordinado por el Instituto de Neurociencias de la Universidad Autónoma de Barcelona (INc-UAB) corrobora que existe una mejora cognitiva derivada de la dieta, ligada a una reducción de los niveles de inflamación y pérdida neuronal en el hipocampo. Así lo han demostrado analizando en ratas viejas los efectos de una dieta restringida en calorías sobre el hipocampo, una estructura cerebral crítica en los procesos de aprendizaje y memoria. Por otra parte, estos son los alimentos perjudiciales para nuestra piel, según los dermatólogos.
Los avances en los sectores científico, tecnológico y sanitario han propiciado un aumento de la esperanza de vida en nuestra sociedad y, en consecuencia, una mayor incidencia de las enfermedades neurodegenerativas asociadas a la edad. Por ello, esta mejora en la esperanza de vida requiere también la investigación de estrategias que permitan retrasar el envejecimiento cerebral.
En este sentido, se ha descrito que algunas de las alteraciones cerebrales observadas durante el envejecimiento, que pueden incluir un aumento del estrés oxidativo y de la neuroinflamación, alteraciones en la expresión génica, una reducción de la neurogénesis y una desregulación de los mecanismos implicados en la plasticidad sináptica, están relacionadas con la disfunción cognitiva que se manifiesta de forma natural a medida que las personas envejecen.
Estos procesos, que dependen tanto de factores genéticos como ambientales, son especialmente importantes en el hipocampo. Se ha demostrado que las dietas de restricción calórica prolongan la esperanza de vida y mejoran el estado cognitivo, tanto en humanos como en modelos animales, pero aún se desconocen muchos de los procesos celulares asociados a estos beneficios.
En este estudio, coordinado por la profesora Gemma Guillazo, del INc-UAB y del Departamento de Psicobiología y Metodología, y el profesor Carlos Barcia, del INc-UAB y del Departamento de Bioquímica y Biología Molecular, los investigadores confirman la capacidad de memorizar y aprender en ratas con dietas restringidas en calorías en comparación con ratas alimentadas con un aporte constante de comida, y analizan los efectos en el hipocampo.
Los investigadores muestran que el grupo que siguió una dieta hipocalórica obtuvo mejores resultados en el test de reconocimiento espacial de objetos, una prueba de memoria que permite evaluar, entre otros, el funcionamiento del hipocampo. Además, los datos obtenidos sugieren que esta mejora está relacionada con una reducción tanto de la pérdida neuronal asociada a la edad como de la actividad inflamatoria en esta estructura.
"Este artículo evidencia los efectos de la dieta hipocalórica en la preservación de las funciones del hipocampo y en la reducción de la neuroinflamación asociada al envejecimiento, y apoya las intervenciones a este nivel para mejorar la calidad de vida de las personas mayores", ha explicado Guillazo.
Según los investigadores, el estudio pone de relieve el potencial de los cambios de hábitos, como las modificaciones de la dieta, para promover el envejecimiento saludable del cerebro y prevenir los déficits cognitivos relacionados con la edad.