Más de una vez hemos escuchado que las toallas de baño son portadoras de muchos gérmenes. Pero, ¿realmente es así? Diversos estudios y análisis recogidos por The Epoch Times lo confirman. Y es que, aunque parezcan limpias o poco usadas, pueden tener bacterias que provoquen enfermedades y que incluso sean resistentes a los medicamentos.
La mayoría de las bacterias que hay en las toallas provienen del cuerpo, cara y manos de la persona que las usa aunque también se pueden encontrar en el agua. Pero si la toalla se encuentra en un sitio con una humedad elevada puede convertirse en la zona ideal para el crecimiento bacteriano y causar diversos problemas. Enfermedades en la piel, pérdida de cabello, infecciones del tracto urinario e incluso la propagación de bacterias resistentes a los medicamentos, como la E.Coli.
Así se demostró en ‘Non Stop', un programa de televisión japonés en el que analizaron el contenido bacteriano de las toallas de baño recién lavadas y en el que descubrieron 190.000 bacterias. Después de un día los gérmenes ascendieron a 17 millones. A los tres fueron 87 millones y en una semana 94.
El director del Centro de Investigación de Higiene y Microbiología de Tokio, Noritoshi Ri, comentó que el recuento de las bacterias en una toalla ,después de usarla una semana, puede llegar a más de 10.000 millones. Lo que equivale a las que pueden haber en una tubería. William Chao, toxicólogo y profesor de la Universidad Cristiana Chung Yuan de Taiwán, afirmó que usar una toalla que ha estado sin lavar durante tres días es “como limpiar tu cuerpo contra un inodoro”.
La bacteria más común en los baños y en los inodoros es la E.Coli pero no es la única. Staphylococcus aureus, Salmonella y Legionella, entre otras, son las que se pueden encontrar en una toalla. Chao explica que estos gérmenes pueden causar alergias en la piel, foliculitis, pérdida de cabello y otras enfermedades dermatológicas.
Y es que muchas personas tienden a compartir la toalla sobre todo con las parejas y los niños, pero es un error. Si uno de ellos tiene una infección se puede crear un caldo de cultivo y causar infecciones recurrentes. Por ejemplo, es lo que puede ocurrir con el pie de atleta o las verrugas virales. Por eso Chao recomienda que cada uno use su propia toalla incluso dentro de la misma familia. Rin Doi, dermatólogo japonés, advirtió que este tipo de infecciones pueden ser peligrosas para la piel delicada de los bebés y niños pequeños.
La revista New England Journal of Medicine publicó en 2003 un estudio sobre la bacteria Staphylococcus aureus y su resistencia a la meticilina entre jugadores de fútbol profesional. Ahí se demuestra que la falta de higiene en heridas, compartir jacuzzis sin ducharse o compartir toallas forman las circunstancias ideales para la transmisión de enfermedades. Y es que se esta bacteria es resistente a los antibióticos comunes como la oxacilina, la penicilina, amoxicilina y las cefalosporinas, lo que supone un gran peligro para la salud.
En el último informe de la OMS, sobre la resistencia a los antibióticos en las infecciones bacterianas, se muestra cómo las bacterias son cada vez más resistentes. Esto puede provocar que las infecciones del torrente sanguíneo sean potencialmente mortales. Según los expertos, se calcula que para 2050 las infecciones sean la principal causa de muerte a nivel mundial llegando a los 10 millones de muertos al año.
La OMS también advierte que las bacterias Klebsiella pneumoniae y Acinetobacter, que ya causan infecciones hospitalarias, tienen un 50% de resistencia a los antibióticos. Incluso el 8% de las infecciones en sangre causadas por Klebsiella son resistentes a los carbapenémicos (los antibióticos de último recurso). Y eso no es todo. Con respecto a 2017, existe un aumento del 15% en las infecciones del torrente sanguíneo y las de gonorrea por las bacterias E.Coli y Salmonella . Ambas resistentes a los medicamentos y que se pueden encontrar en las toallas.
Tetsuya Abe, experto japonés en higiene doméstica, comenta que sí existe una posibilidad de luchar contra estas bacterias si metemos la toalla en agua caliente durante 3 o 4 minutos. Según Abe, las bacterias pueden desaparecer y la toalla dejará de oler. Kensule Kanzaki, director de una empresa de lavanderías japonesa, recomienda utilizar percarbonato de sodio. ¿Por qué? Porque al igual que el bicarbonato de sodio y el ácido cítrico no son tóxicos, son inodoros, no contaminan y eliminan olores.