El vapeo es una alternativa al tabaco más perjudicial de lo que parece. Los neumólogos perciben un aumento de enfermedades entre los pacientes que lo consumen y la Asociación Española Contra el Cáncer ya alerta de que las redes sociales no ayudan a concienciar de sus riesgos, quizás, todo lo contrario. Las redes se han convertido en un peligroso escaparate. Es tan habitual que los jóvenes se encuentren a sus referentes fumando que el efecto imitación se ha convertido en una realidad.
No parecen percibir los riesgos. Para la mayoría el vapeo está de moda y un 37 por ciento está convencido de que les ayuda a a hacer amigos y a ligar. El 44% cree que fumar te hace interesante y te ayuda en situaciones psicológicas complicadas y 4 de cada 10 creen que el vapeo no afecta a la salud. Sí lo hay. En las consultas de neumología se ha detectado un aumento de infecciones y enfermedades asociadas al vapeo.
La ventaja del tabaco calentado y el vapeo es que reproducen la gestualidad de fumar y en ese sentido evitan ese desasosiego del fumador de toda la vida". El control de estos productos debe ser exhaustivo en cuanto a calidad y a evitar que nuestros jóvenes se inicien, señalan los expertos.
El catedrático de química analítica y profesor de análisis químico de la Universitat de Valencia, Miguel de la Guardia, explicado que los estudios recientes sobre exposición a las sustancias del tabaco de combustión ponen de manifiesto que cesar su consumo implica una mejora sustancial en la calidad de vida e incluso una capacidad del cuerpo para revertir gran parte de los daños cardiacos causados, "hay una memoria del tabaco que cuando uno deja de consumir tabaco quemado bajan los marcadores de riesgo".
Pero "no basta con prohibir fumar". Considera que "vapear o consumir tabaco calentado es una cesación del consumo de tabaco de combustión" en sí mismo. "Lo que está demostrado es que el tabaco de combustión mata, lo otro es verdad que llevamos poco tiempo con estos nuevos productos y tenemos que seguir estudiándolos y controlarlos", incidió.
"Normalmente los vapeadores y fumadores de tabaco calentado provienen de fumadores irreductibles que intentaron dejarlo y no consiguieron. Algunos han sustituido esa práctica por otra práctica y esa es la población que hemos estudiado y hemos visto dos cosas: una que en el aliento del vapeador no había dióxido de carbono, lo que nos previene de problemas importantes de coronaria, que los compuestos orgánicos volátiles caían en picado, prácticamente desaparecían y que las partículas en suspensión bajaban mucho, tanto en la atmósfera como en el aliento", remarcó.
El aliento es un "bioindicador de los pulmones de cómo han sido agredidos con esa práctica y en su respiración hay una memoria". Además, y en segundo lugar, se han analizado las orinas de fumadores de largo plazo pero que llevan entre 1 y 2 años vapeando y se ha podido observar que "la mayor parte de los metabolitos de los biomarcadores de exposición bajan". "Así que creo que eso hay que abordarlo", considera. "Habida cuenta de que el tabaquismo es un problema, veamos cómo eliminarlo, cómo conseguir que el fumador de tabaco de combustión deje de hacerlo y veamos el porcentaje de éxito de las distintas terapias: parches, chicles, caramelos y también estas nuevas alternativas".
Lo que sí parece que ha pasado de moda es "asustar con un pulmón negro" en la cajetilla de los cigarrillos, algo que cree que ha quedado "viejuno" y no surte efecto, se debería optar por informar mejor de los efectos, consecuencias e incluso de la fiscalidad del tabaco.
"En vez de esas fotos en las cajetillas, que ellos ya ponen del revés, sería mejor informarles de que de la cantidad que usted está pagando hay un porcentaje de lo que recaudamos en impuestos que es para poder cuidarle cuando usted se ponga malito. Y a lo mejor esa sinceridad, esa benevolencia del administrador con los administrados permitiría que la gente se lo tomara más en serio, porque lo de amenazar como que es una técnica muy viejuna, no creo que funcione en las sociedades avanzadas", señalan los expertos.
"En sociedades avanzadas como Canadá por razones económicas se está legalizando el consumo de marihuana. ¿Vamos a una generación de jóvenes que a los 18 no habrá consumido tabaco pero que fumará cannabis todos los días?