Nuestra conexión cuerpo-mente es fortísima, aunque tengamos totalmente desatendida a nuestra salud mental. Si esta falla, nos falla nuestra salud en general. Por lo que aprender a escuchar a nuestro cuerpo y darnos cuenta de que algo no va bien es fundamental. Hoy es el Día Mundial de la Salud, te contamos cómo reconocer qué algo no va bien en tu salud.
Precisamente Elena Puig Guitart es psicóloga sanitaria, terapeuta de polaridad acreditada, y especialista en mindfulness y acaba de publicar con Grijalbo 'Lo mejor de ti. La guía para descubrirte, entenderte y quererte', con la que nos aporta 7 sencillas pautas para descubrir si algo no va bien dentro de nosotros.
Recuerda, por ejemplo, la solidez que están cobrando cada vez más estudios científicos sobre la relación que existe entre el intestino y el cerebro, nombrando a este segundo como el 'segundo cerebro del cuerpo'. Pero también apunta al corazón, "como si fuera una antena", y hay estudios que sugieren que lo primero lo captamos a través del corazón y después va al cerebro. "Hay otras partes del cuerpo muy dedicadas y especializadas en captar la información y, evidentemente, produce todos aquellos químicos para adaptarnos a las circunstancias exteriores", añade.
De hecho, Puig confiesa que le llegan a la consulta muchos pacientes con ansiedad o con una depresión resistente, y asegura que con la terapia se encuentran mejor y siempre les hace recurrir a la nutrición, por ejemplo, al consejo de un dietista-nutricionista, a la hora de realizar la terapia; siendo este uno de sus principales consejos: cuidar de nuestra alimentación y de nuestra microbiota.
"Te preguntarás qué relación tiene tu zona intestinal con tus emociones y con tu mundo interior a nivel psicológico. Resulta que todo. Sabemos por ejemplo que la serotonina, el neurotransmisor que hasta hace poco creíamos que solo se producía en el cerebro, se origina en un 90% en el intestino", apunta.
Otro de sus consejos en este sentido es dormir mejor, descansar durante la noche, para poder regirnos por los ritmos circadianos, y dado que los problemas del sueño tienen implicaciones en nuestra salud y en nuestro bienestar.
Señala que, de acuerdo con Oficina para la Prevención de Enfermedad y Promoción de la Salud (ODPHP de Estados Unidos), el 25% de los norteamericanos adultos descansa muy poco 15 de los 30 días que tiene el mes.
"De sus informes se desprende que la falta de sueño aumenta el riesgo de patologías de corazón, tensión arterial, obesidad, diabetes, entre otras. Además, dormir adecuadamente es necesario para el sistema inmunológico para regular el metabolismo del azúcar y para el rendimiento en general, tanto laboral como escolar. Cuando una persona enferma una buena higiene del sueño es indispensable, ya que durante el descanso el cuerpo se repara, si no pueden empeorar sus problemas de salud", avisa.
Así, insiste en que debemos dormir porque de no hacerlo esto afecta negativamente a nuestro nivel de energía, a nuestra paciencia, a nuestra irritabilidad, y a nuestra motivación.
En un mundo sedentario, Puig recuerda que son "múltiples" las investigaciones que aconsejan la práctica de ejercicio en casos de trastornos de ánimo, pues se ha demostrado que es un efectivo antidepresivo natural, al mismo tiempo que el movimiento favorece el bienestar psicológico de las personas.
De hecho, apunta por ejemplo que la Canadian Network for Mood and Anxiety Treatments recomienda la práctica de ejercicio como primer tratamiento en casos leves y moderados de depresión (30 minutos de ejercicio tres veces a la semana, durante nueve semanas seguidas); mientras que para los casos moderados y graves lo indica como segundo tratamiento coadyuvante a los antidepresivos durante el mismo tiempo.
"Moverse es vida se ha dicho siempre. Y yo lo mantengo aquí. Aunque faltan todavía muchos más estudios para terminar de validar la relación entre ejercicio y bienestar emocional, el sentido común impera", remarca esta psicóloga sanitaria.
Por otro lado, resalta la necesidad de salir a la naturaleza por su contacto relajante en nuestro sistema nervioso, y mejora nuestro estado de ánimo. "En 2017 un grupo de psiquiatras, psicólogos y especialistas en Arquitectura hico un estudio con personas de ambientes urbanos vulnerables que sufrían depresión y problemas psicosomáticos. (...) Los resultados mostraron que la terapia basada en la naturaleza ayudó a los participantes a mejorar sus estados de ansiedad, depresión y estrés, de forma mucho más efectiva que la combinación de arteterapia y tratamientos convencionales", reseña.
Respirar es otro de sus consejos en este sentido porque, en su opinión, y según estudios científicos muy validados, regula el sistema nervioso. Por ejemplo, dice que las madres cuando damos a luz respiramos y como mejor lo hacemos mejor acompañamos el parto.
"Es algo innato nuestro, es intuitivo y este tipo de vida hace que lo perdamos. A veces respiramos de forma superficial. Pero si sabes respirar cuando te lleva una emoción eres capaz de poner esa pausa necesaria para decidir qué queremos hacer. Si respiro me doy cuenta de cómo estoy pensando, cómo alimenta la emoción que estoy sintiendo, y hago algo porque yo lo decido", agrega.
Señala que hay varias formas de respirar correctamente, y ella confiesa que usa mucho la 4-7-8 porque "está comprobado que funciona con 3-4 rondas de esta respiración, te coloca en otro lugar", asegura.
¿En qué consiste? Se trata, según describe, de coger aire suavemente por la nariz, y contando hasta 4. "Retén el aire mientras cuentas hasta 7 y luego suéltalo por la boca suavemente contando hasta 8. Si te cuesta mantener el ritmo, sé flexible y reduce unos segundos", apunta.
A juicio de Elena Puig en este contexto la meditación es igualmente imprescindible a la hora de escuchar nuestro cuerpo porque nos da conciencia: "Muchas personas no sabemos parar, y cómo descubrir que estamos desconectados cuerpo y mente. Esta práctica da la pauta para descubrir qué nos pasa hoy, por ejemplo, porque estamos acostumbrados a conectar con el cuerpo; aunque sean meditaciones guiadas. Lo más potente es la intención, es algo que puede ser interesante para mí".
En último lugar, esta psicóloga sanitaria defiende la importancia de decir que no, no solo a quienes nos rodean, a nuestros amigos o pareja, sino el 'no' a las cosas sociales, a un estilo de vida que no te conviene, por ejemplo.
A su vez, decir que no asegura que también es quererse, es conectar con nuestras necesidades; "trabajar esa parte asertiva que nos comunica que algo no nos conviene, y con ello conectamos con la vida que queremos", mantiene.
¿Cómo saber que algo no está bien en nuestro cuerpo? En última instancia esta experta sostiene que cuando vamos en piloto automático y vamos tirando, "muy conectados a la cabeza", sin poder renunciar a muchas cosas totalmente prescindibles.
"Hay muchas personas que se dan cuenta de que todo lo que pensaban que era irrenunciable realmente no tiene importancia en su vida. Son aquellas cosas que nos hacen desconectar del cuerpo, de la necesidad de descansar, de dormir, de comer bien, de movernos. Debemos plantearnos si nos estamos cuidando, queriendo, si estamos desconectando. Por eso defiendo la naturaleza, la respiración, y la meditación, porque así paro y me puedo dar cuenta de lo que está fallando", agrega.