Aunque te haya costado darte cuenta, el deseo sexual no llamará a tu puerta, sino que tienes que ir a buscarlo, o así lo advierte Laura Morán, psicóloga por vocación y sexóloga, así como terapeuta familiar y de pareja.
Cuenta en '¿Por qué no deseo'? (Next Door Publishers) que la libido o "ganas de disfrutar del placer sexual a solas o en compañía", según la define en una entrevista con Infosalus, varía a lo largo de la vida, y fundamentalmente lo hace porque está sujeta a muchas variables, como el estrés.
"El estar a gusto en una relación, el conocer las cosas que te pueden gustar o excitar del otro también cambia con el tiempo. Es algo vulnerable el deseo sexual, como no es necesario para la supervivencia se ve penalizado por otras cosas que consideramos más urgentes", afirma esta especialista. Así, matiza que el deseo sexual "no es uno, ni único, ni lineal, ni siquiera estable, sino que es sensible y permeable a multitud de factores".
Esta experta parte de la idea de que podemos vivir perfectamente sin sexo y sin deseo sexual, aunque sería "una vida menos divertida y menos placentera", si bien hay numerosas personas que acuden a terapia porque reconocen haberlo perdido, o por qué no desean como antes.
"El deseo de un principio de relación es tan sensible que parece que aparece sin ningún tipo de estímulo, hay uno de anticipación de novedad, es como que el deseo aparece por sí solo, siempre hay un estímulo. Pero a medida que pasa el tiempo, este estímulo debe ser más potente y es donde hay que trabajarlo en las parejas, cuando son padres se pierde ese espacio de pareja, se trata un poco de tener conciencia de que el deseo hay que despertarlo como te puede venir el sueño o la sed", asegura Morán.
Es más, destierra en este contexto el mito de que a medida que cumplimos años el deseo también desaparece: "Está muy relacionado con el climaterio en las mujeres, que sí que es verdad que los cambios hormonales producen cambios en los genitales, las mujeres pierden lubricación y elasticidad, y esto puede que, por ejemplo, influya en las relaciones sexuales al dificultarlas en cierta manera; o el hecho de que las mujeres en esta etapa de la vida tiendan a coger peso. No es que con la edad perdemos el deseo, sino que nos encontramos con obstáculos que nos impiden disfrutar como antes".
Por eso, insiste en que es "absolutamente normal" que la libido dentro de una misma relación varíe con el paso de los años porque uno de los ingredientes principales, como es la novedad, se pasan con el tiempo.
"Cuando llevas unos años ese deseo arrebatador no sigue siendo el mismo. Igual el problema es que deberíamos hablar de que hay otros deseos sexuales, como el deseo de intimidad, el piel con piel, que luego puede acabar en un encuentro pero que, a veces, ese deseo inicial no está tanto en la cabeza como en la propia experiencia", añade.
¿Es diferente el deseo entre hombres y mujeres? Esta sexóloga mantiene en este sentido que los estereotipos sexuales nos perjudican a ambos sexos y está la expectativa o la idea de que al hombre siempre le apetece, aunque no siempre es así, pero suele ser lo habitual y lo achaca esta experta a la educación, que hace que las mujeres respondamos de forma distinta, mientras que los hombres son socializados para disfrutar del sexo y no se asume lo mismo para las chicas.