Desde que somos pequeños, nuestros padres insisten en que no debemos llevemos las manos (o cualquier objeto) a la boca precisamente porque este área de nuestro cuerpo es especialmente sensible a las infecciones. Del mismo modo, nuestra boca puede transmitir enfermedades a otras personas a través del contacto con nuestra saliva, que puede producirse al estornudar, al compartir comida o bebida... o al besarnos. Por eso no está de más conocer los riesgos de contagio asociados a los besos: puede que no los evitemos por mucho que uno de los dos se encuentre enfermo, pero al menos sabremos a qué peligros nos estamos enfrentando.
Los besos (consentidos) son siempre buena idea y, además, resultan muy beneficiosos para nuestra salud: liberan hormonas que provocan nuestra felicidad,. ayudan a reducir el estrés, mejoran la autoestima, reducen la presión arterial, nos conectan con los demás e incluso calman dolores de cabeza. También, curiosamente ayudan a prevenir las caries, queman calorías y reducen la aparición de alergias.
Eos sí, también hay que tener en cuenta que el beso puede ser fuente de contagios e infecciones, si bien, debido a que la saliva es un mecanismo antimicrobiano natural y a que la flora bucal -‘bacterias buenas’- lucha contra la proliferación de bacterias infecciosas, "las personas deshidratas, con las defensas bajas o con niveles deficientes de ciertos nutrientes, como la vitamina C, serán más propensas al contagio", tal y como recuerda Hospital Ruber.
La 'era Covid' nos ha dejado bien clara la importancia de evitar contagios vía saliva, uno de los fluidos más contagiosos de nuestro cuerpo, pero ya teníamos ejemplos de sobra, como es el caso del resfriado común o el de la gripe. Para que conozcas todos los riesgos, toma nota de este listado con las enfermedades que más frecuentemente se transmiten a través de los besos:
En cuanto a qué ETS se transmiten a través del beso, en general solo se transmitirán aquellas ETS que se manifiesten con lesiones en la boca, como es el caso del herpes labial, y esto ocurre en casos muy aislados, si el portador del virus presenta alguna herida en la boca. Si la pareja posee una infección en los genitales o la sangre y su boca está sana, los besos no supondrán riesgo de contagio.
En cuanto a cómo se transmiten las enfermedades a través del beso, el intercambio de saliva provoca que la saliva contaminada penetre fácilmente en la boca de la persona sana. En función del tipo de bacteria diseminada, la infección puede permanecer en el entorno bucal, adhiriéndose a la parte interior de las mejillas, la lengua o los dientes. En este caso, aparecerán infecciones de encías o garganta. Si la infección penetra y se extiende al tracto respiratorio o al resto del organismo, aparecerán infecciones más profundas con síntomas que afectarán a otras partes de nuestro organismo.