Son muchas las razones para hacerse un tatuaje y cada vez más personas se suman a esta moda que, en realidad, tiene poco de nueva. Se trata de una costumbre milenaria que es común a distintas civilizaciones, como la egipcia, la hindú, la china o la japonesa. También la encontramos en el Imperio Romano y, en el caso de América, el tatuaje era un rito simbólico y una única marca que permitía superar obstáculos en el camino hacia la muerte, asociada al mundo religioso y mágico. Sin embargo, conviene tener presente que existen ciertos riesgos asociados a esta práctica y que, para tatuarnos de forma segura, existen determinadas áreas de nuestro cuerpo que es mejor evitar. Toma nota de cuáles son las zonas más peligrosas donde hacerse un tatuaje.
¿Cuáles son las zonas más peligrosas donde hacerse un tatuaje?
Tatuarse es una práctica cada vez más común: nos tatuamos para recordar una fecha o evento especial, para hacer honor a una persona concreta importante en nuestra vida, o simplemente por cuestiones estéticas o decorativas. Las cifras prueban esta tendencia: alrededor del 38 por ciento de la población mundial cuenta con algún tatuaje, y España es el sexto país con un mayor número de personas tatuadas. También cambia poco a poco la percepción social: cada vez menos personas rechazan tatuarse por cuestiones laborales o de imagen, dejando de asociarse a un estilo de vida determinado.
Eso sí, hay que tener presentes determinados riesgos y mantener unos cuidados determinados si damos este paso para evitar infecciones o cualquier otro problema. Por ejemplo, se dice que los tatuajes con tinta de color pueden contener componentes muy perjudiciales para la salud y por este motivo la Unión Europea decidió regular las sustancias que se pueden o no utilizar y ha prohibido unas cuatro mil.
En cuanto a las zonas en que tatuarnos, existe un recuente estudio de Connectattoo que asegura que determinadas zonas pueden verse afectadas con mayor facilidad por una infección, que suele suceder mientras se cura el área tras el trabajo realizado. Toma nota de qué zonas son más delicadas y, si decides tatuarte en ellas, tenlo en cuenta para ser extremadamente cuidadoso:
Genitales. Se trata de una de las zonas mas delicadas de nuestro cuerpo y, lógicamente, esto también se aplica a la práctica de tatuarnos. La piel en este área es especialmente sensible y es probable que el proceso de tatuaje duela mucho. Además, también existe un importante riesgo de infección, ya que se trata de una zona muy húmeda, lo que ralentiza el proceso de cicatrización. Una buena higiene es básica.
Globos oculares. Si eres de los que se plantean inyectarse tinta directamente en el ojo, ten muy en cuenta el riesgo de infecciones asociado a esta práctica. También existe riesgo de sufrir lesiones, bien parciales, bien graves y permanentes. Elige muy bien al profesional que vaya a realizar el trabajo e infórmate previamente de todos los riesgos y cuidados que debes mantener.
Lunares. No es recomendable tatuarse en lunares o en la zona que los rodea, ya que estaremos ocultándolos y será mas complicado que un profesional de la salud pueda analizar en un futuro si se trata de manchas benignas o malignas. Ante la duda, elige otra zona o ten en cuenta la presencia de lunares a la hora de ubicar el diseño. Siempre puedes 'jugar' con su presencia e integrarlos en el conjunto.
Lumbar. Dado que esta zona es la que sufre el famoso pinchazo de la epidural, cabe la posibilidad de que, con el pinchazo, parte de los pigmentos puedan llegar a la médula espinal en el proceso. Sin embargo, tal y como aseguran desde Natablen, la realidad es que en muy pocos casos la técnica epidural está realmente contraindicada en estos casos. "Al realizar la punción con el catéter pueden trasladarse pequeñas partículas de tinta y que al llegar el espacio epidural estas puedan irritar la médula espinal y por ello producir problemas neurológicos a largo plazo. La realidad es que esta posibilidad es muy remota e infrecuente, pero aunque rara, es potencialmente grave". Por eso, se buscará siempre una zona en la que no exista ninguna tinta.
Interior de la boca. Ya sabemos que la boca es un ligar húmedo y hogar de miles de bacterias, lo que supone que el riesgo de infección se dispare. Los cuidados en este caso deben ser especiales y continuos.
Axilas. Este tipo de tatuaje, además de doler mucho, implica un mayor riesgo de infección si decidimos afeitar la zona antes de que se encuentre perfectamente curada. Ten en cuenta también que se trata de una zona con una elevada presencia de bacterias, lo que incrementa también el riesgo.
Planta del pie. Algo parecido ocurre con la planta del pie: duele mucho tatuarse en esta zona (además de durar poco tiempo), y la cosquillas tampoco ayudan. Además, la cicatrización es muy lenta y dolorosa en este área, y el riesgo de infección resulta bastante elevado.